El Centro de Estudios de Energía Renovable y el Agua (CEERA) alertó efectos que traerían las recientes medidas regulatorias sobre las Pequeñas Centrales Hidroeléctricas (PCH), los generadores independientes y el desarrollo de nuevos proyectos de energía renovable en Colombia.
La preocupación surge tras los anuncios relacionados con la nueva estructura tarifaria, especialmente la propuesta de contratación obligatoria del 95 % de la generación y la implementación de la Resolución CREG 101 066 de 2024.
Según CEERA, lejos de incentivar la inversión en el sector energético, están generando un ambiente de incertidumbre que perjudica especialmente a los proyectos renovables no convencionales, como las PCH y las plantas a filo de agua.
“Estos proyectos requieren estabilidad normativa, visión de largo plazo y un entendimiento adecuado de sus características tecnológicas y operativas”, apuntó el centro.
Impactos sobre las pequeñas hidroeléctricas
El grupo de estudio afirma que, pese a que la Resolución 101 066 fue diseñada como un mecanismo voluntario, en la práctica se está aplicando de manera obligatoria a las plantas menores del sistema.
“No fijan el precio en bolsa, entregan toda su energía disponible y no reciben ingreso del mismo mecanismo de cargo por confiabilidad. Esta norma desconoce las condiciones bajo las cuales fueron estructurados y financiados cientos de proyectos que hoy operan en el país, con base en reglas de juego claras y estables”, critican.
Así las cosas, sostienen que se ponen en peligro 129 PCH que, en conjunto, suministran aproximadamente el 6 % de la demanda diaria de energía en el país (14 GWh/día).
Además de frenar nuevas inversiones, la medida podría terminar siendo contraproducente: al limitar la oferta, se podría generar un sistema menos competitivo, menos diversificado y con mayor riesgo de concentración.
Contrario a lo señalado por el Gobierno, CEERA advierte que esta medida no se traducirá en una reducción significativa en la tarifa del usuario final a mediano plazo.
La contratación y el uso de la tecnología
Por otro lado, señalan que la propuesta de exigir a todos los generadores la contratación del 95 % de su energía resulta especialmente perjudicial para los pequeños actores del mercado. Esta obligación, que no contempla las diferencias entre tecnologías, desconoce la naturaleza variable de fuentes como el agua, el sol y el viento.
Según el centro, al imponer esta carga a los generadores independientes —que no son comercializadores—, se limita gravemente su capacidad de estructurar proyectos con una lógica técnica y financieramente viable. En la práctica, esto podría excluir del mercado a los actores más pequeños y profundizar aún más las asimetrías existentes.
Y advirtieron que aplicar las mismas reglas a una gran generadora, con capacidad para diversificar riesgos y portafolios, y a una pequeña central hidroeléctrica (PCH) de 20 MW, es desconocer la complejidad y heterogeneidad del sistema eléctrico colombiano.
Una señal de alerta para el futuro energético del país
El centro también alertó que las decisiones regulatorias no pueden pasar por alto las asimetrías propias del sector. Imponer reglas uniformes a actores con capacidades tan distintas no solo incrementa la inequidad, sino que también puede comprometer la seguridad energética del país.
A juicio de CEERA, sin nuevas inversiones, sin normas claras y sin incentivos diferenciados, Colombia corre el riesgo de frenar el desarrollo de proyectos renovables comunitarios y de pequeña escala, que son fundamentales para garantizar una generación eléctrica territorial y tecnológicamente diversificada.
Frente a este panorama, el centro hizo un llamado urgente al Gobierno Nacional para que revise las medidas recientemente anunciadas y habilite canales de diálogo con todos los agentes del sector, en especial con los generadores independientes.
“Cualquier transformación en el sector debe estar respaldada por un análisis riguroso del mercado, una evaluación integral de impactos y una visión clara sobre la sostenibilidad del sistema, basada en la diversidad y en la confianza que requieren las nuevas inversiones”, concluyó CEERA.