Después de más de 12 horas de protestas, la Alcaldía Mayor de Bogotá decidió no decretar el toque de queda en la capital de la República.
La decisión se tomó a pesar de la imposibilidad de las autoridades policiales de controlar los actos de vandalismo en determinados puntos de la ciudad que se alejaron de las marchas pacíficas que se iniciaron sobre las siete de la mañana de hoy.
En las zonas de Suba (noroccidente) y La Candelaria (centro) se presentaron fuertes enfrentamientos entre el escuadrón antidisturbios de la Policía y grupos de vándalos -que al final del día afectaron 56 de las 136 estaciones de Transmilenio, así como locales comerciales-.
Después de las siete de la noche se empezó a escuchar una nueva manifestación. Se trata de un cacerolazo en el que participan cientos de ciudadanos en diferentes zonas de la ciudad.
La administración de la capital anunció el cierre del servicio de la operación de Transmilenio por falta de condiciones de seguridad.
El sistema de transporte masivo reiniciará la operación a las cuatro de la mañana del viernes 22 de noviembre, dijo el alcalde.
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