Ahora | Fitch Ratings ratifica calificación de Colombia y mantiene perspectiva estable

- Publicidad - Fitch Ratings ratificó la calificación del emisor en moneda extranjera a largo plazo de Colombia (IDR) en ‘BBB’ con una perspectiva estable. Las claves, según la calificadora, son: Las calificaciones de Colombia reflejan su largo historial de políticas macroeconómicas prudentes y consistentes que han sustentado la estabilidad macroeconómica y financiera. Sus calificaciones […]

Estos son los riesgos fiscales y políticos que ve Fitch en Colombia
Fitch Ratings

Fitch Ratings ratificó la calificación del emisor en moneda extranjera a largo plazo de Colombia (IDR) en ‘BBB’ con una perspectiva estable.

Las claves, según la calificadora, son:

Las calificaciones de Colombia reflejan su largo historial de políticas macroeconómicas prudentes y consistentes que han sustentado la estabilidad macroeconómica y financiera. Sus calificaciones están limitadas por la alta dependencia de los productos básicos, la flexibilidad fiscal limitada y las debilidades estructurales en términos del bajo PIB per cápita y los indicadores de gobernabilidad más débiles en relación con sus pares.

Se espera que la victoria de Iván Duque en las elecciones presidenciales de 2018 conduzca a la continuidad de las políticas monetarias y fiscales del gobierno, incluida la observancia de su regla fiscal. El nuevo presidente también se ha comprometido a mejorar el clima de negocios en Colombia.

Para cumplir con estos objetivos, su primera prioridad legislativa principal será una reforma tributaria que busque reducir las tasas de impuesto a la renta de las empresas y proporcionar incentivos fiscales para la inversión al mismo tiempo que amplía la base del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y aumenta las tasas del impuesto a la renta personal. . Las elecciones al Congreso de marzo de 2018 llevaron a un Congreso más fragmentado pero con mayorías de centro y centro-derecha, alineadas ideológicamente con el nuevo gobierno.

Las perspectivas de crecimiento se están consolidando hacia el potencial de crecimiento a mediano plazo de Colombia de 3.5% después de tres años de bajo rendimiento (con un crecimiento promedio de 2.1% en 2016-2018). Se espera que las mayores exportaciones, el consumo favorable y una mayor inversión sustenten un mayor crecimiento. Fitch prevé un crecimiento del 3,3% en 2019 y del 3,5% en 2020. Los proyectos de infraestructura relacionados con el despliegue de inversiones 4G han sido testigos de varios cuellos de botella que han frenado su progreso, lo que representa riesgos a la baja para las perspectivas de crecimiento.

Las mejores perspectivas para el sector petrolero deberían respaldar las perspectivas de crecimiento. Se espera que el aumento de la inversión, especialmente en la empresa petrolera estatal Ecopetrol, conduzca a un aumento de la producción de petróleo, así como al valor de las exportaciones en 2019. Sin embargo, en ausencia de grandes hallazgos de petróleo, las reservas probadas del país se han mantenido estables. Siete años de producción.

En 2012, el gobierno comenzó a implementar una regla fiscal estructural que buscaba alcanzar un déficit fiscal del gobierno central del 1% del PIB para el año 2022 (de un objetivo del 2,3% del PIB en 2014). El balance estructural se define como el balance fiscal subyacente cuando el crecimiento está en su potencial y el precio del petróleo está en su tasa de largo plazo. En vista del bajo rendimiento del crecimiento y una convergencia más lenta hacia el potencial, en mayo de 2018, el Consejo Fiscal de Colombia revisó el camino de la consolidación fiscal al cambiar la fecha objetivo para la convergencia a un déficit del 1% del PIB (real) de 2022 a 2027.

Fitch espera que el gobierno cumpla con su objetivo de déficit del gobierno central del 3.1% del PIB en 2018, frente al 3.6% en 2017 y al 4% en 2016. El objetivo para 2019 es 2.4% del PIB. El gasto del gobierno es altamente rígido. Por lo tanto, generar nuevos ingresos netos a partir de la reforma tributaria propuesta es clave para lograr el objetivo, así como para cumplir con las presiones del gasto, como la de la crisis migratoria que viene de Venezuela (aunque los ingresos derivados del petróleo provenientes de los dividendos de Ecopetrol serán más altos).

La deuda del gobierno general de Colombia se ha estabilizado en gran medida en cerca del 41% del PIB (la deuda del gobierno general es más baja que la deuda del gobierno central, ya que excluye la tenencia de deuda intragubernamental, en gran parte de los fondos públicos de pensiones). Sin embargo, sigue siendo sensible a los movimientos del tipo de cambio, así como a los cambios en las tasas de interés. Se necesitaría un ajuste fiscal adicional para colocar la carga de la deuda firmemente en un camino en constante descenso.

Como se señaló, el gobierno introdujo una reforma fiscal integral que busca reducir las tasas de impuestos corporativos al mismo tiempo que aumenta los impuestos a las ganancias personales y amplía la base del IVA (con una reducción del 1% en la tasa del 18% al 18%). La reforma propuesta produciría un 1,2% del PIB en ingresos netos adicionales en 2019 según el gobierno, si se implementara en su totalidad. El gobierno también está tratando de mejorar la administración tributaria, que esperan aumentar un 0,2% adicional del PIB en ingresos en 2019.

Fitch cree que el gobierno buscará cumplir con la meta fiscal del 2.4% del PIB en 2019. Por lo tanto, si la reforma fiscal no se aprueba o está muy diluida, creemos que el gobierno revisará el presupuesto de 2019 aprobado por el Congreso en octubre de 2018. con importantes recortes en los gastos de capital presupuestados para cumplir su objetivo. Sin embargo, un cambio en la ruta de consolidación fiscal no se puede descartar en este escenario.

Se espera que el déficit de la cuenta corriente de Colombia caiga a 3.2% del PIB en 2018, poco cambiado con respecto a 2017, pero significativamente menor a un máximo de 6.4% del PIB en 2015. Las mayores exportaciones, tanto tradicionales como no tradicionales, han llevado a una mejora. Sin embargo, el repunte de la demanda interna ha llevado al crecimiento de las importaciones y, como resultado, se espera que el saldo de la cuenta corriente se mantenga relativamente estable durante el período de pronóstico. Se espera que la inversión extranjera directa cubra completamente el déficit de la cuenta corriente en 2018.

La deuda externa neta de Colombia alcanzó un máximo del 54,5% de los Recibos de la Cuenta Corriente (CXR) en 2016 debido al gran déficit de la cuenta corriente, las mayores necesidades de endeudamiento del gobierno y la creciente participación de los no residentes en el mercado de deuda local. Fitch espera que la deuda externa neta con CXR caiga por debajo del 30% para 2020, ya que algunas de estas tendencias se han invertido (es decir, mayores exportaciones y menores necesidades de endeudamiento del gobierno).

Las reservas internacionales se han mantenido en gran medida estables durante los últimos tres años a casi USD47 mil millones a fines de 2017. Además, Colombia mantiene una línea de crédito flexible de USD11.35 mil millones con el FMI como un amortiguador adicional contra los choques externos. En octubre de 2018, el banco central de Colombia anunció un programa para la acumulación de reservas internacionales a través de la subasta de opciones de venta. Las opciones de venta solo se pueden ejercer cuando el tipo de cambio está por debajo del promedio de los 20 días hábiles anteriores. A la fecha, el banco central realizó dos subastas por un total de USD400 millones.

 

 

SENSIBILIDAD DE CALIFICACIÓN

Los principales factores que podrían, individual o colectivamente, llevar a un cambio positivo en la calificación incluyen:

– Consolidación fiscal consistente con una trayectoria mejorada para la dinámica de la deuda pública.

– Mayor crecimiento económico que reduce la brecha de ingresos de Colombia con los soberanos con calificaciones más altas.

– Mejora de los indicadores de gobernanza que reflejan un entorno de seguridad más estable.

 

Los principales factores que podrían, individual o colectivamente, llevar a un cambio de calificación negativo incluyen:

– Los resultados fiscales más débiles que conducen a un aumento de la deuda y la carga de intereses o afectan la credibilidad del camino de la consolidación fiscal a largo plazo.

– La persistencia de un bajo crecimiento, socavando tanto el desempeño fiscal como el apoyo a políticas macroeconómicas prudentes.

– Reaparición de grandes desequilibrios externos que conducen a un aumento continuo de la carga de la deuda externa.

 

SUPUESTOS CLAVE

Fitch asume que el precio del petróleo promedia los USD70 en 2018, USD65 en 2019 y USD57.50 en 2020.

 

Fitch ha afirmado las siguientes calificaciones:

– IDR en moneda extranjera a largo plazo en ‘BBB’; Outlook estable;

– IDR de moneda local a largo plazo en ‘BBB’; Outlook estable;

– IDR de moneda extranjera a corto plazo en ‘F2’;

– IDR de moneda local a corto plazo en ‘F2’;

– Techo del país en ‘BBB +’;

– Clasificaciones de emisión de bonos senior a largo plazo no garantizados en moneda extranjera en ‘BBB’;

– Clasificaciones de emisión en bonos senior a largo plazo no garantizados en moneda local en ‘BBB’.

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