La calificadora de riesgos Fitch Ratings confirmó la calificación de Colombia en BB+ con perspectiva estable.
Ante esto, el Ministerio de Hacienda afirmó: “La decisión refleja un historial de estabilidad macroeconómica y financiera, un Banco de la República independiente con mandato de anclaje de la inflación”.
Además, el MinHacienda reveló que la calificadora de riesgo resaltó como un aspecto positivo la institucionalidad del país, la aceleración en el crecimiento en el corto plazo, la disminución paulatina de la inflación, a pesar de la eliminación de los subsidios de la gasolina, y la reducción en el déficit de cuenta corriente, el cual está soportado por una inversión extranjera resiliente.
“La calificadora de riesgo ha puesto un voto de confianza en el país, resaltando la resiliencia y la historia de responsabilidad macroeconómica y fiscal, destacando las decisiones de recorte de gasto con el fin de mantener la sostenibilidad fiscal”, dijo el comunicado del Ministerio de Hacienda y Crédito Público.
Fitch prevé un crecimiento moderado
Dentro de las consideraciones que entregó la calificadora de riesgo aseguró que el crecimiento tendrá cierta desaceleración.
“Se espera que el crecimiento del PIB sea de apenas el 1,5 % en 2024. La demanda interna sigue siendo débil debido a la política monetaria restrictiva, ya que las tasas reales siguen siendo altas a pesar del comienzo del ciclo de recortes del banco central”, señaló Fitch.
Además, en su informe la calificadora espera que la formación bruta de capital fijo (inversión) siga siendo débil después de caer un 9,5 % en 2023.
Con lo anterior, pronóstica que el Producto Interno Bruto (PIB) termine el 2025 en el 2,8 %.
“Ya que una política monetaria menos restrictiva impulsa un mayor consumo e inversión. Fitch cree que el crecimiento alcanzará un ritmo de tendencia del 3 % en 2026, pero persisten las incertidumbres sobre el crecimiento de tendencia dada la caída de la inversión, que Fitch cree que se mantendrá por debajo de los niveles históricos (un promedio del 22% del PIB en 2010-20) durante el período previsto y el bajo crecimiento de la productividad”, agregó.
Riesgos fiscales para Colombia
Otro de los puntos que resaltó la calificadora de riesgo tiene que ver con una ampliación del déficit fiscal del Gobierno central que se ampliaría al 5,6 % del PIB en 2024 frente al 4,3 % en 2023.
“En línea con el objetivo de presupuesto revisado del Gobierno, en gran medida debido al importante desempeño inferior en materia de ingresos debido a los déficits en los esfuerzos de la administración tributaria, la imposibilidad de obtener la aprobación para acelerar los casos de litigio fiscal y un fallo de la corte constitucional sobre la deducibilidad de las regalías para las compañías de petróleo y carbón”, agregó.
Entre tanto, Fitch espera que el déficit fiscal mejore modestamente para 2025 y llegue al 5,2 % del PIB, ya que la recuperación económica mejorará los ingresos mientras que el gasto se mantendrá relativamente estable en términos nominales.
Dificultades para cumplir la regla fiscal
A su turno, resaltó que se ve una dificultad para cumplir el objetivo de la regla fiscal si se cambia del 2026 al 2025.
“Incluso con el posible cambio, Fitch prevé dificultades para cumplir con el objetivo de la regla fiscal revisada el próximo año. Esperamos una mayor reducción del déficit del gobierno central (GC) hasta el 4,7 % en 2026”, señaló.
Y agregó que: “Fitch cree que, más allá de 2026, será difícil seguir reduciendo el déficit sin medidas significativas de mejora de los ingresos o reducciones de costos, a la luz de las crecientes presiones de gasto y las rigideces presupuestarias”.
Factores que podrían impulsar una calificación a la baja
La calificadora de riesgos aseguró que existen varios factores por medio de los cuales se podría impulsar una nota a la baja.
Dentro de estas se encuentran las finanzas públicas, debido a que se podría presentar un deterioro sostenido de la relación deuda pública/PIB de Colombia en relación con la mediana de sus pares con calificación ‘BB’, por ejemplo, debido a déficits fiscales persistentemente altos y/o un crecimiento débil.
Además, los aspectos macroeconómicos con un deterioro de las perspectivas de inversión y crecimiento a mediano plazo con ramificaciones sociales adversas, como altos niveles de desempleo y pobreza.
El mercado externo, esto por un marcado aumento de las vulnerabilidades externas, por ejemplo, debido a nuevos y grandes déficits de cuenta corriente, una caída abrupta de la inversión extranjera directa y/o un aumento de la deuda externa neta/PIB.