Desde hace unos días los bogotanos están preocupados ante el rumor de la prohibición que tendrá el Aguardiente Amarillo de Manzanares para venderse en licoreras, bares y discotecas.
La pugna de su distribución viene de la Industria Licorera de Caldas (ILC) y Cundinamarca por permisos que se obtuvieron en 2017 y no fueron actualizados correctamente en junio de este año.
Así lo explicó la empresa de Caldas en un comunicado, si otras licoreras desean vender sus productos en departamentos requieren un permiso por parte de los gobernadores. Este es válido por 10 años y se puede prorrogar.
«Estos permisos no podrán ser discriminatorios ni podrán generar barreras de acceso ni restricciones arbitrarias al libre comercio ni al principio de libre competencia, de acuerdo con la Ley de Licores (1816 de 2016), es decir, se aplicarán de manera general para todas las empresas que pretendan ingresar aguardientes a distintos territorios».
Por ello Cundinamarca obtuvo este aval en 2017 para poder distribuir, por ejemplo, el Ron viejo de Caldas, entre otras demandadas bebidas alcohólicas de la empresa, y en 2019 incluyó el Amarillo.
Pero, como lo indica Portafolio, la Dirección de Rentas y Gestión Tributaria adscrita a la Secretaría de Hacienda de Cundinamarca expidió el 6 de junio de 2023 la Resolución 797, por la cual revocó la autorización de la adición del producto Aguardiente Amarillo para su ingreso al departamento.
Es decir, legalmente el departamento y Bogotá no tienen permiso de gozar del producto altamente demandado por su sabor y sus 24 grados de alcohol de la Licorera de Caldas en fiestas, reuniones y hogares.
Pérdidas para la ILC por no vender Aguardiente Amarillo en Cundinamarca
Al no poder distribuir el Aguardiente Amarillo de Manzares el cual ha tenido una gran acogida por ciudadanos “rolos” y de otras ciudades de Cundinamarca en fines de semana para celebrar, el departamento perderá alrededor de $73.000 millones en impuestos este año, afectando las rentas departamentales aportan a la salud de los colombianos, según le explicó Andrés Elías Borrero, gerente general de la ILC a Portafolio.
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Además, la empresa dejaría de ganar en 2023 unos $55.000 millones por concepto de ventas, y se dejarían de vender al menos 5 millones de unidades en este segundo semestre.
Por ello, la empresa que crea el producto y lo distribuye por el país tratará de que Cundinamarca vuelva a estar avalada para poderlo vender en miles de establecimientos y cadenas con una acción judicial para solicitar la nulidad de la Resolución 797.
«La revocación del permiso se hizo de manera arbitraria, pues no se siguió el proceso de ley para tal fin, afectando el derecho al debido proceso, al no haber solicitado el permiso escrito y expreso para la cancelación del permiso. Adicionalmente, tampoco se otorgaron los recursos de apelación y reposición, para poder controvertir esta medida«, expresó el director en un comunicado.
Por ello, mientras se soluciona el estado del permiso para la distribución del Aguardiente Amarillo puede optar por consumir el Aguardiente Nectar, Antioqueño u otros tragos como whisky, ginebra o ron.