Aquellos que residen en conjuntos residenciales deben asumir responsabilidades y cumplir las normas establecidas para fomentar una convivencia armónica entre vecinos. Entre estas normas destacan las relacionadas con los espacios destinados a la tenencia de mascotas, un tema que ha generado controversias. Sin embargo, estas situaciones deben gestionarse dentro de los límites legales establecidos, a fin de evitar conflictos y promover un entorno más agradable.
Quienes tienen mascotas en propiedades horizontales deben tener en cuenta que su tenencia está regulada por la sentencia T-035 de 2016 de la Corte Constitucional. Esta sentencia aborda los derechos y obligaciones de los propietarios de animales, enfatizando la importancia de respetar los espacios y derechos de los demás residentes. Además, la Corte subraya la necesidad de equilibrar el bienestar de las mascotas con una convivencia respetuosa entre los habitantes.
Norma aplicable a la tenencia de mascotas en conjuntos residenciales
La sentencia de la Corte Constitucional establece puntos clave sobre la responsabilidad de los dueños de mascotas. En particular, se enfatiza la necesidad de adoptar medidas preventivas y correctivas frente a cualquier perturbación o daño causado por los animales. Según la Corte:
“El propietario del animal estará en la obligación de adoptar las precauciones necesarias que impidan dichas perturbaciones o las medidas correctivas del caso, exigibles por la asamblea general o las personas que la representen, siendo el propietario de la mascota el responsable de los daños y perjuicios que puedan ocasionar.”
Esto implica una responsabilidad individual por las acciones de las mascotas dentro de la propiedad horizontal.
Por su parte, la Ley 675 de 2001 regula las normas para las propiedades privadas y los espacios comunes en edificios o conjuntos residenciales. Según esta legislación, cada propietario tiene dominio sobre su unidad privada—ya sea un apartamento, oficina u otra unidad—pero comparte una participación proporcional en las zonas comunes del conjunto residencial.
En cuanto a las mascotas, la norma establece que debe garantizarse la tranquilidad de los vecinos. Animales como perros, gatos u otros deben evitar causar molestias o daños en las áreas comunes. Además, las decisiones sobre la regulación de mascotas en los conjuntos residenciales deben discutirse y definirse en la asamblea anual de copropietarios, respetando tanto los derechos de las mascotas como los de los residentes.
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Cabe destacar que las restricciones absolutas sobre la tenencia de mascotas están prohibidas, salvo en casos justificados, como problemas de salubridad o riesgos para la seguridad. Estas excepciones deben estar debidamente fundamentadas.
