El pasado 4 de abril de 2025, el Ministerio de Hacienda de Colombia publicó el anteproyecto de Presupuesto General de la Nación (PGN) para 2026 por un valor de $521,2 billones.
Dicho documento fue analizado en detalle por el Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana, para la cual, si bien aún es un insumo preliminar, ofrece señales claras sobre las dificultades fiscales que tendrá el Gobierno el próximo año.
En este contexto, es importante mencionar que en la propuesta presentada al Congreso de la República se detalla que el Ministerio se encarga de las partidas de funcionamiento y de las de servicio de la deuda pública para cada entidad y a nivel nacional, mientras que el Departamento Nacional de Planeación (DNP) de las de inversión.
Por tipo de gasto, según el anteproyecto del Gobierno, el 62 % de los recursos, es decir, $324,8 billones corresponden a funcionamiento. Seguido de este, $137,4 billones hacen referencia al servicio de la deuda pública (2 7%) y $59 billones al componente de inversión pública (11 %).
“El gasto en inversión, que debería apuntalar el crecimiento futuro y cerrar brechas estructurales, continúa perdiendo participación en el total del gasto público y la capacidad del Estado para ejecutar proyectos estratégicos, modernizar infraestructura o ampliar la cobertura de servicios sociales se ve cada vez más limitada por el peso creciente de los gastos inflexibles”, advierte el Observatorio.
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Al comparar las variaciones para el PGN 2026 frente al PGN 2025, el documento del Gobierno Petro revela que para el próximo año se destinaría un monto total de $521,2 billones, lo que representa una disminución de 2 % real en comparación con este año.
En específico, mientras que el gasto de funcionamiento disminuye solo en 2 % real, la inversión caería 27 % pasando de $81 billones a $59 billones, es decir, $22 billones menos.
“Por otra parte, el gasto destinado a la deuda pública se incrementará en 17 % pasando de $117 billones a $137,4 billones. Este último rubro está generando grandes presiones sobre las finanzas públicas del país. De cada $100 que gastará el estado el próximo año, $27 se destinarán al pago de deuda”, afirma la Universidad Javeriana.
Así se compondría el presupuesto por sectores en 2026
Otro análisis muestra el tamaño relativo de cada sector dentro del presupuesto nacional. Se evidencia que el servicio de la deuda pública nacional ocupa la mayor parte del gasto con $115 billones (22 %), seguido por sectores como Educación con $79,3 billones (15 %), Salud con $68,4 billones (13 %), Defensa con $60,4 billones (12 %) y Trabajo con $54,6 billones (10 %).
Es importante resaltar que la deuda pública es un sector del presupuesto nacional y también un tipo de gasto, esto explica la diferencia que hay entre el gasto sectorizado y el gasto por tipo de gasto para el caso del servicio a la deuda pública nacional.
En concreto, dice el Observatorio Fiscal, “hay una diferencia entre ambos de alrededor de $20 billones; por un lado el sector de la deuda pública nacional ($115,3 billones) solo toma los pagos a capital e intereses de los créditos internos y externos a través de los que se financia el Estado, mientras que la deuda pública como tipo de gasto ($137,4 billones) incluye el servicio de la deuda y los aportes que cada entidad del orden nacional hace al Fondo de Contingencias de las Entidades Estatales (FCEE) creado mediante la Ley 448 de 1998”.
Finalmente, la investigación de la institución educativa destacó que la crisis presupuestal afecta principalmente los sectores de Inclusión social, con una caída de $5,7 billones; Minas y energía, con $4,9 billones; Educación ($4,6 billones), Agricultura y desarrollo rural ($2,9 billones), Igualdad y Equidad ($1,7 billones), Vivienda ($1,5 billones), Salud y Protección Social ($1,3 billones), Rama judicial ($1 billón), Trabajo ($400.000 millones) e Interior ($300.000 millones).
Ante este panorama, concluye el Observatorio, “el anteproyecto del PGN 2026 confirma una tendencia estructural preocupante, el gasto en inversión pública continúa cayendo, mientras los pagos por servicio de deuda se incrementan y el gasto de funcionamiento sigue representando más de 60 % del presupuesto”.
“Esta composición reduce drásticamente el espacio fiscal para responder a las necesidades sociales y territoriales, y evidencia los límites de una política fiscal cada vez más condicionada por el endeudamiento y las rigideces presupuestales”, finaliza el reporte.