Los adultos mayores lideran el emprendimiento en Colombia por encima de otros grupos etarios, gracias a que sus negocios son más estables y duraderos.
Así lo revela un reciente informe del Observatorio de Empleabilidad y Emprendimiento para el Adulto (OEEA), una iniciativa de Porvenir, en alianza con la Universidad de Rosario.
Según el estudio, el porcentaje de emprendedores establecidos —aquellos que han mantenido su negocio por más de 3,5 años— es considerablemente mayor entre los adultos mayores.
Los hallazgos confirman que los emprendedores mayores aportan una valiosa experiencia y una red profesional bien establecida que puede traducirse en un éxito empresarial duradero y en una contribución significativa al crecimiento económico del país.
La investigación destaca que promover el emprendimiento entre este grupo de edad puede, además, aliviar la presión sobre los sistemas de pensiones al proporcionar ingresos adicionales que complementen su jubilación.
Según Bernardo Sánchez, gerente de Mercadeo y Sostenibilidad, el fomento del emprendimiento de los adultos mayores beneficia a toda la sociedad, ya que promueve un desarrollo económico más inclusivo y sostenible. En ese sentido, el observatorio sugiere que para maximizar el impacto positivo de estos emprendedores en la economía es necesario implementar políticas que faciliten la formación continua, el acceso a financiamiento y la creación de redes.
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Este informe resalta que la predisposición a emprender está relaciona con la profesión y el haber tenido experiencias previas emprendedoras o empresariales, y si el nuevo emprendimiento o negocio está relacionado con trabajos remunerados anteriores.
Según el informe “Los adultos mayores con estas características tienden una probabilidad más alta de comprometerse en nuevos emprendimientos que aquellos que tuvieron bajos sueldos, poca preparación y habilidades”.
Brechas de género
Este informe también revela que las mujeres en edad de pensión presentan tasas de ocupación del 55,6 % y de participación del 61,8 %, en comparación con los hombres, cuyas tasas alcanzan el 81,62 % y 88,5 %, respectivamente.
El análisis también resalta la vulnerabilidad económica como otros los problemas críticos para las mujeres en esta etapa de la vida: el 62,3 % de ellas vive en situación de pobreza, mientras que la cifra para los hombres es del 37,7 %.
De cada 10 mujeres mayores de 55 años, 6 no cuentan con ingresos provenientes de una pensión o empleo, lo que refleja una mayor precariedad económica para este grupo.
De otro lado, el informe muestra que mientras que los hombres mayores de 62 años predominan en sectores como agro, minas y electricidad (33,26 %), las mujeres se concentran en comercio y actividades artísticas y de hogares (16,74 %). Esta concentración en sectores menos remunerados limita aún más las posibilidades de bienestar económico de las mujeres en edad avanzada.
Ante estas barreras, el emprendimiento se presenta como una alternativa viable para los adultos mayores, aunque persisten importantes desigualdades: las mujeres emprendedoras continúan ganando menos que sus pares masculinos.