La actividad industrial en Brasil aumentó 1,9 % año a año en enero, o 0,9 puntos, hasta 49,3 puntos desde 48,4 puntos del año anterior, dijo la Confederación Nacional de Industria (CNI) este viernes.
Ese fue el nivel más alto en enero desde el inicio de la serie en 2010, añadió.
La actividad aumentó 8,6 puntos mes a mes para continuar manteniéndose por debajo del índice de referencia de 50 puntos por tercera vez en cuatro meses.
En comparación con enero de 2018, todos los indicadores de actividad mejoraron, incluido el empleo.
La utilización de la capacidad instalada fue del 66 % en enero, una caída de 1 % respecto de diciembre, pero la más alta en enero de los últimos cuatro años, mencionó la CNI.
También observó que el resultado de enero estaba en línea con las tendencias estacionales habituales.
Agregó que los inventarios cerraron 2018 a un nivel por debajo del año anterior, lo que sugiere que la producción aumentará en los próximos meses para compensar ese nivel.
La tasa de crecimiento interanual de los índices de expectativas se aceleró casi en forma generalizada en febrero, pero el subcomponente de la demanda superó notablemente los 60 puntos por segundo mes consecutivo, alcanzando el nivel más alto desde agosto de 2011.
El total exportado cayó, pero siguió manteniéndose por encima del punto de referencia de 50 puntos.
Las expectativas para la compra de materias primas y el total de empleos se elevaron a los niveles más altos desde agosto de 2010 y julio de 2011, respectivamente. El total de la inversión también aumentó por quinto mes consecutivo para ser el nivel más alto desde abril de 2014.
En general, el sentimiento del sector industrial sigue deprimido por una actividad económica aún lenta, cierta incertidumbre política y condiciones financieras.
Pero las expectativas claramente han mejorado, lo que sugiere un buen punto de partida para el año.
Se espera que el nuevo Gobierno del presidente Jair Bolsonaro establezca medidas favorables al mercado para que las empresas las reciban con gusto.
Está comenzando con la reforma de las pensiones, que enfrenta un camino político difícil, pero si se aprueba, ayudará a frenar el aumento de la deuda pública y recortará el déficit presupuestario, lo que debería ayudar a los estados de ánimo.
Bolsonaro también ha prometido reducir la carga fiscal y lanzar cambios regulatorios amigables para los negocios, aunque los detalles del destino de estos aún están por verse.
(Reporte especial de CEEMarketWatch para Valora Analitik)