En un nuevo artículo, The Economist cuestionó duramente al presidente colombiano Gustavo Petro y el escándalo que involucra a su hijo Nicolás Petro, sugiriendo que estos eventos podrían dejarlo relegado de la historia.
El medio inglés hizo referencia al dinero que presuntamente se recibió de narcotraficantes y empresarios vinculados al paramilitarismo e incluso el caso de Laura Sarabia, calificando los hechos como “propio de una telenovela”.
Además, sostiene que estos eventos representan un obstáculo significativo para Petro, quien enfrenta una dura batalla para ganar apoyo para su ambicioso programa de reformas.
Estas incluyen ampliar el papel del Estado en la atención sanitaria, las pensiones y la educación.
La percepción positiva de los colombianos hacia el «gobierno de la esperanza» liderado por Petro está disminuyendo, según el medio.
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Petro y el Pacto Histórico relegados de la historia
El medio describe el panorama que le espera al presidente de Colombia, resalta que mucho o todo depende de las pruebas que presente la fiscalía en el juicio de su hijo.
Al igual que quien reemplaza al fiscal general saliente, Francisco Barbosa, cuyo mandato finaliza el próximo mes. Cabe mencionar que Petro ha presentado una lista corta de tres mujeres muy respetadas a la Corte Suprema.
La mujer designada supervisará el caso contra Nicolás Petro, así como contra otros. Aunque es de su jurisdicción el caso, el presidente meses atrás pidió un fiscal ad hoc para el caso en particular.
Aunque el medio inglés reconoce que el problema es grande, dice que no son comparables a los de presidentes anteriores.
“Los fiscales siguen persiguiendo al expresidente Álvaro Uribe, por presuntos vínculos con grupos paramilitares y manipulación de testigos”, cita el caso.
“Mientras la mayor parte del mundo siga criminalizando la cocaína, la política de los países productores como Colombia seguirá siendo sucia”, agregó el medio.
Sin embargo, esta saga erosiona la credibilidad de un líder que previamente denunciaba enérgicamente los vínculos entre políticos y el crimen organizado.
The Economist dice que los colombianos lo eligieron con la esperanza de poner fin a las prácticas corruptas de la élite política del país y que la sospecha de financiamiento con narcodinero en su campaña, ya sea probada o no, parece contradecir dicho objetivo y debilita la posición del presidente.
Y finaliza, “a menos que Petro cambie las cosas, su coalición “Pacto Histórico” quedará precisamente eso: consignada a la historia”.
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