Desde inicios de 2024 los residentes y visitantes de Bogotá han sentido un gran aumento en la temperatura diurna, con un sol que pasó de ser agradable los primeros días a agobiante y motivo de preocupación.
Al ser considerada por la mayoría de los colombianos como la ciudad fría, donde suele haber precipitaciones, vientos y los ciudadanos usan chaqueta, es inusual vivir tantos días de altas temperaturas.
Ante esto el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, (Ideam) explicó que el calor que se siente en Bogotá se debe a diversos factores como el cambio climático.
La directora del Ideam, Ghisliane Echeverry explicó en Caracol Radio que en lo que va corrido del 2024 se han registrado temperaturas de hasta 22 grados centígrados en Bogotá, destacando la crisis climática como mayor motivo.
El fenómeno de El Niño hace su efecto, pero, desde el miércoles 10 de enero evolucionó, por lo que, el calor registrado en los últimos días en Bogotá ha sido agobiante para quienes trabajan y estudian en la capital.
“Recordarles que el fenómeno de El Niño tiene un efecto en el territorio nacional, especialmente sobre dos variables. Una es la precipitación y la otra es la temperatura. Sin embargo, se extenderá hasta abril de este año”, expresó Echeverry, en Noticias Caracol.
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“En términos de precipitación lo que están mostrando nuestras predicciones climáticas es que el mes de enero y febrero vamos a tener anomalías de precipitación (lluvias) por debajo de lo normal.
En el mes de marzo esperamos que vaya estabilizando la temporada y arrancaremos con más lluvia, sin embargo, el fenómeno de El Niño se extenderá hasta abril y sus efectos pueden sentirse hasta el siguiente trimestre”, finalizó la vocera del Ideam.
Cabe resaltar que por falta de zonas verdes algunas localidades de Bogotá sienten con más fuerza la ola de calor. Es el caso de Bosa, Kennedy, Engativá, Suba, La Candelaria, Antonio Nariño y Tunjuelito.
Por otro lado, las edificaciones de la capital tienen materiales que hacen que se sienta más el calor. Echeverry argumenta, que este factor intensifica la sensación de ‘bochorno’, pues el material de construcción tiende a absorber y retener el calor.