Desde que nació, en 2013, la EPS Savia Salud, que con 1,6 millones de afiliados es la principal EPS subsidiada de Antioquia, ha enfrentado problemas económicos. Por eso, no fue una sorpresa en junio que la Superintendencia de Salud ordenara su intervención. Sin embargo, la decisión administrativa lejos de aclarar el panorama, lo ha oscurecido.
En días pasados, el actual gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, no solo cuestionó que desde la intervención ha habido un marcado desmejoramiento del servicio de la EPS. También dijo que la capitalización, que le correspondería hacer como uno de los socios de la EPS -junto con la Alcaldía de Medellín y la caja de compensación Comfama-, no sería posible.
La situación llega en un momento complejo, además, para el actual sistema de salud en el país, cuando en el Congreso se discute una reforma que acabaría con las EPS. La posibilidad de que esto pase con la principal entidad pública de Colombia genera dudas, entonces, si es viable que esto pase y si la liquidación de Savia Salud no llevaría a un efecto dominó en el sistema.
En junio, luego de siete años de que Savia Salud estuviera en observación especial, la Supersalud ordenó su intervención. Para el proceso nombró agente interventor a Edwin Carlos Rodríguez Villamizar. Sin embargo, luego de seis meses, el gobernador Gaviria cuestionó duramente la decisión.
Qué pasa con Savia Salud
En una rueda de prensa, Gaviria aseguró que, desde que se ordenó la intervención de Savia Salud, los indicadores de calidad de la EPS han decaído sustancialmente. Incluso, llegó a preguntarse si se ha ocultado información que pueda develar un deterioro aún mayor.
“Siempre rechazamos la intervención, porque se pasó de una medida de vigilancia en la que Sabia estaba mejorando en todos sus frentes. Cuando fue intervenida, mencioné que nos preocupaba el futuro de esos indicadores, y con ello, la atención en salud de los afiliados. Hoy eso se comprueba”, afirmó Gaviria.
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Según el mandatario, que saldrá del cargo el próximo 31 de diciembre, los Indicadores Fénix, que son los que sirven para medir la calidad del servicio, pasaron de ser 14 de 19 cumplidos a, apenas, tres. Cuatro se están incumpliendo y de otros siete no se tiene información. Los cuatro que se están incumpliendo son:
- Porcentaje de pacientes hipertensos controlados.
- Porcentaje de gestantes con captación temprana al control prenatal.
- Tasa de incidencia de tumor maligno invasivo de cérvix.
- Porcentaje de pacientes diabéticos controlados.
También dijo que las PQRS incrementaron 37 % en septiembre. Por ello, días después, envió una carta en el que dijo que no consideraba posible participar en una capitalización de la EPS. Recursos que son claves para la supervivencia de la entidad.
“Fue evidente que el objetivo de la capitalización era que se levantaran las medidas de vigilancia especial sobre Savia Salud EPS (…) ante la intervención forzosa no podríamos hacer uso de esta”, indicó el mandatario.
Ante eso, desde Savia Salud se expresó que era “imperativo cumplir con la capitalización” y que veía con “extrañeza” las declaraciones de Gaviria. Valora Analitik buscó comunicarse, sin éxito, con el agente interventor, la EPS aseguró que sí ha mejorado el servicio.
Los efectos
Más allá del cruce de versiones, la EPS Savia Salud es clave para la prestación de los servicios de salud en Antioquia.
Según el más reciente reporte de la entidad, a septiembre de 2023, la EPS cuenta con 1,67 millones de afiliados, es decir, cerca del 30 % de la población antioqueña. El 92 % de ellos pertenece al régimen subsidiado y 8 %, al contributivo. Solo Sura lo supera en números de afiliados, con 2,29 millones.
La EPS opera en 123 municipios del departamento y, según la interventoría, ha girado recursos a 387 ESE. Es decir, si la EPS llegara a ser liquidada, generaría un peso adicional en las EPS, que tendrían que entrar a atender a esa población, lo que podría desencadenar un efecto dominó.
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En meses pasados, Carlos Alberto González Posada, vicepresidente de Seguros Obligatorios de Sura, explicó la situación a este medio.
“Cada que se cierra una EPS hay un impacto no positivo. Jamás nos hemos sentido contentos porque otra EPS cierre o sea intervenida. Eso no genera satisfacción. Lo aceptamos por obligación, pero para el sistema no es bueno. Lo que pasa es que las EPS que sobrevivimos a tantos años, cargamos con un mal manejo de lo que ha pasado en el sistema”.
Pero no son solo las EPS, sino también las mismas clínicas y hospitales. Este viernes, justamente, el Hospital General de Medellín, el hospital público más importante de Medellín, alertó que se encuentra en una grave crisis por falta de financiación. Esto, porque las EPS no han pagado $80.000 millones. El 80 % de los usuarios del HGM son afiliados a Savia Salud.
Aún falta para saber si la intervención de Savia Salud resultará en una liquidación. Sin embargo, los efectos de que eso pase ya se empiezan a sentir. Y, a su vez, muestra lo que podría pasar con la desaparición de las EPS en Colombia.
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