Aunque Medellín es reconocida por ser una de las ciudades con mayor desarrollo empresarial, movilidad y sistema de transporte y epicentro turístico de Colombia, uno de sus grandes ‘debes’ como gran capital, a pesar de la numerosa cantidad de conciertos y citas de entretenimiento que mueve por año es la ausencia de un gran centro de eventos de talla mundial. De hecho, el exalcalde Daniel Quintero prometió al inicio de su administración la materialización de la Arena Medellín, uno de sus proyectos más mediáticos, pero que al final tampoco vio la luz, ni queda en licitación.
En este sentido, Bogotá sí ha podido desarrollar y materializar a lo largo de los años grandes proyectos para coliseos y arenas a través de alianzas público-privadas (APP) que hoy acogen muchos más eventos que los que puede recibir Medellín por la falta de un espacio de grandes dimensiones y con todas las características necesarias para atraer célebres figuras.
Entre ellos destacan en Bogotá el Movistar Arena, el Coliseo MedPlus, Ágora de Corferias e incluso proyectos de mayor envergadura que vienen como el nuevo Campín, una megaobra en la que se estiman inversiones por $2,4 billones.
Mientras tanto, Medellín ha quedado estancada sin mayores renovaciones en espacios como el estadio Atanasio Girardot, La Macarena, el Parque Norte y Plaza Mayor que, si bien son los lugares elegidos para recibir los conciertos, festivales y eventos de ciudad, lo cierto es que para la población del Área Metropolitana del Valle de Aburrá (más de cinco millones de habitantes) y el crecimiento exponencial en turismo que ha tenido Medellín, tanto la Alcaldía de Quintero como administraciones anteriores han dejado una gran falta y no han cumplido con desarrollar un proyecto de gran calibre.
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¿Qué pasó con la Arena Medellín?
En 2021, la Alcaldía de Medellín anunció avances para entregar a la ciudad un centro de espectáculos de talla mundial, con características técnicas, de infraestructura y logísticas para eventos de toda clase.
Se estimó que la inversión para la construcción y operación de la nueva Arena Medellín sería de $162.000 millones. El proyecto se preveía construir en el actual estadio Cincuentenario, vecino a otros sitios turísticos y de interés como el Parque Explora, el Parque Norte, el Jardín Botánico, el Parque de los Deseos, la Universidad de Antioquia y Ruta N, al norte de Medellín, pero al igual que con otras promesas de la Alcaldía de Quintero, esta no avanzó.
La Arena Medellín prometía ser epicentro de ferias, congresos, charlas, convenciones, eventos religiosos, MMA, boxeo, freestyle motocross, skateboarding o monster truck. Sería financiado 100 % con recursos privados, en un contrato de concesión de 25 años. Se afirma que actualmente la prefactibilidad se encuentra aprobada por la Agencia APP y el originador se encuentra en fase de elaboración de factibilidad, que presentaría este 2023, para audiencia de terceros interesados, pero a mitad de noviembre no hay rastro de estos avances.
La concesión, a cargo de Promesa de Sociedad Futura Arena Medellín Entertainment Center SAS, estimó construir 733 celdas de parqueo y 24 locales comerciales de 60 metros cuadrados cada uno para brindar una capacidad de hasta 16.000 espectadores.
Por entonces, Quintero mencionó sobre el proyecto que “esa arena está proyectada a 18 meses, una vez inicia su construcción, está en etapa de factibilidad, una vez pase la etapa de factibilidad, entonces inician obras, pero creo que faltan tres o cuatro meses para terminar la etapa de factibilidad”.
Sin embargo, en el mayor hermetismo desde mediados de 2022, la Arena Medellín se frenó y no avanzó a la etapa de factibilidad. A su vez, los accionistas de la concesión no demostraban mucha solvencia económica para desarrollar el proyecto, entre ellas las firmas Martin’s Investment Group (socio mayoritario con el 90 % de la concesión), que reportaba activos inferiores a $1.000 millones y España Business & Entertainment (10 %), con activos de menos de $100 millones.
Valora Analitik consultó a la concesión y la APP para conocer detalles y los pormenores de la situación, pero no fue contestada la solicitud antes de la publicación de este artículo.
Lo cierto es que mientras Medellín recibió y celebró hace una semana por más de 180.000 asistentes en el estadio Atanasio Girardot debido a los conciertos de la banda mexicana RBD en cuatro fechas, los cuales dinamizaron la economía de la ciudad con una derrama estimada de US$29 millones, no se puede ignorar que, en medio de su empuje y desarrollo en múltiples áreas, Medellín se ha quedado muy atrás en imponer un gran espacio para conciertos que la consoliden de verdad entre las grandes urbes de América Latina para el entretenimiento.