Los impuestos saludables empiezan a regir en Colombia desde el 1 de noviembre del 2023 y siguen surgiendo dudas sobre cómo se van a implementar dentro de la economía nacional.
La reforma tributaria del 2022 aprobó que la comida chatarra, así como las bebidas azucaradas, tuvieran nuevos gravámenes desde este año.
Los llamados impuestos saludables, explican desde la DIAN, se piensan para que Colombia pueda ver menores afectaciones sobre enfermedades asociadas a la diabetes o el sobrepeso.
Luis Carlos Reyes, director de la DIAN, dio detalles de lo que se viene para la implementación de los mismos desde el mes entrante.
Una de las dudas recurrentes es si las tiendas de barrio deben asumir los impuestos luego de que los productores ya los hubieran pagado.
¿Cómo se van a cobrar los impuestos saludables en Colombia?
Ante esto, Reyes puntualizó que los impuestos saludables se pensaron para que en Colombia se cobraran por única vez, es decir, no debían ser asumidos por las tiendas de barrio.
Es decir, este gravamen se debe entender en Colombia como monofásico: se causa por única vez en la venta, en el retiro de inventarios o en la importación.
Añadió Reyes que otra de las preguntas recurrentes es qué va a pasar con esos impuestos saludables dentro de los servicios de restaurantes.
“En estos no se genera los impuestos saludables y los insumos que no sean comestibles no están gravados con estos impuestos”, explicó el director de la DIAN.
Agregó Reyes que los suplementos dietarios y el pan tampoco van a tener que asumir estos impuestos en Colombia.
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Finalmente, y si esos impuestos saludables van a ser asumidos por los consumidores colombianos, desde la DIAN explican que ese fenómeno va a depender de la elasticidad de la oferta y la demanda.
Pero, en todo caso, el impuesto solamente se va a generar una vez en el proceso, precisamente para intentar evitar que lo asuman los ciudadanos.
No espera el gobierno del presidente Gustavo Petro que estos nuevos gravámenes vayan a pegarle al dato de inflación de este año y del año entrante, toda vez que representa tan solo el 2,4 % de la canasta básica de los hogares vulnerables y el 2,35 % de los hogares de la clase media en el país.