El sector constructor en Colombia atraviesa una de sus crisis más complejas de los últimos años, en medio de un panorama de desaceleración económica a nivel global, pero también de cambios en política pública, que han generado la tormenta perfecta.
La situación es compleja y las cifras así lo demuestran de Coordenada Urbana, que es el sistema de información de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol).
Según los datos del gremio, entre enero y agosto de este año se vendieron 87.156 viviendas en el país, es decir, la mitad de lo que se comercializó un año atrás.
Se trata de una contracción del 50 %, que confirma el freno en el sector constructor y es muestra de un sentimiento de los colombianos y es que cada vez es más difícil comprara casa propia.
De hecho, la disposición a adquirir una vivienda ha empeorado, según el indicador de confianza que mide mes a mes Fedesarrollo.
El más reciente, que es de septiembre, revela que este empeoró en más de 10 puntos porcentuales frente a agosto pasado y ya es 20 puntos peor que el dato de septiembre de 2022.
Tres grandes problemas del sector constructor en Colombia
Con esto en mente, el sector tiene claro que está pasando aceite y está a la espera de anuncios de gran calado, que le permitan sortear la situación y, en últimas, dar condiciones favorables para que los ciudadanos puedan seguir superando el déficit habitacional.
En entrevista con Valora Analitik, Guillermo Herrera, presidente ejecutivo de Camacol, afirmó que el momento complejo económico responde a diversos factores.
Entre estos, el incremento en las tasas de interés, en particular las de créditos hipotecarios, que han sentido el alza que ha hecho el Banco de la República de las tasas de intervención, las cuales se mantienen en 13,25 % y apenas hace unas semanas envió un posible mensaje de relajar esta postura.
Mientras esto no suceda, los costos de los préstamos para vivienda se mantendrán elevados por parte de las entidades financieras y esto mantendrá un desestimulo para comprar vivienda.
A lo anterior se suma la implementación de nuevas políticas para la vivienda de interés social (VIS) con los cambios que el gobierno de Gustavo Petro introdujo al programa Mi Casa Ya.
Sobre esto, la ministra de Vivienda, Catalina Velasco, ha anunciado que ahora se está priorizando la asignación de subsidios por el Sisbén IV, además de dar puntajes adicionales a quienes deseen casas o apartamentos en municipios pequeños.
E, incluso, hace unos días confirmó que para 2023 se entregarán unos 75.000 subsidios, mientras que, para el próximo año, hay garantizados 50.000, tal y como está planteado en el Plan Nacional de Desarrollo.
Plan de reactivación en Colombia: ¿es suficiente?
Con esto en mente, el sector podría seguir teniendo una dura factura a partir del próximo año, si se tiene en cuenta que la entrega de estas ayudas tendría una caída de más del 30 % y llegaría a su peor cifra desde la pandemia.
“Todo esto nos tiene en una coyuntura muy complicada”, afirmó el presidente de Camacol y agregó que esto se ha reflejado, además, en cifras de lanzamientos de proyectos, que se han reducido a la mitad.
Además, se dejaron de vender cerca de 86.000 viviendas frente a lo que se tenía un año atrás, lo que representa cerca de $16 billones que ya no van a estar moviéndose como inversión en la economía colombiana.
Lo anterior también ha tenido efectos en los más de 30 subsectores que están vinculados a la construcción y que ya sienten crecimientos negativos en sus indicadores de producción y ventas.
En medio de esta situación, el Ministerio de Vivienda, el Fondo Nacional del Ahorro (FNA) y Findeter lanzaron un plan de $2,5 billones para reactivar el sector.
“Esto, además de generar empleo y desarrollo económico sobre muchos sectores, finaliza en mejorar el acceso a la vivienda de interés social”, dijo Velasco.
Y añadió: “Hemos diseñado unas líneas de crédito hipotecario, de crédito constructor y algo novedoso, el crédito a las organizaciones comunitarias que van a hacer los proyectos de Cambia Mi Casa”.
No obstante, para la Cámara Colombiana de la Construcción aún hacen falta señales más fuertes de cara a tener un verdadero plan de reactivación del sector constructor.
En particular, Herrera afirmó que se debe revisar en el presupuesto del 2024 si hay suficiencia de recursos para cubrir las demandas de subsidios de viviendas que se han vendido en los últimos tiempos.
“Lo que hemos planteado es que el próximo año se van a requerir entre 70.000 y 72.000 subsidios para las viviendas que se proyecta entregar”, añadió el directivo gremial.
Y concluyó diciendo “esto es lo que nos permitirá seguir impulsando las preventas y generar confianza entre todos los actores, sobre todo en el sector financiero, que son los que financian los proyectos y son los que colocan los créditos hipotecarios”.
No obstante, como la ministra de Vivienda ya confirmó que la entrega de subsidios de Mi Casa Ya se limitará a 50.000 ayudas en 2024, el sector mantendría sus coletazos durante el próximo año.
Se prevé que en el Congreso de Camacol de 2023, que se realiza esta semana en Barranquilla, se realicen nuevos anuncios sobre lo que se viene para el sector constructor y las previsiones para los ciudadanos en 2024.hace