En un mundo donde cada vez surgen más posibilidades y opciones en el mercado, es importante que todo inversor distinga diferencias entre la gestión patrimonial y la gestión de inversiones.
Por ello, Protección explica que cuando hablamos de patrimonio, solemos pensar que hace referencia, exclusivamente, a los grandes capitales. Pero esta es una interpretación errónea, ya que este también puede ser de pequeña cuantía e incluye los ahorros, bienes y propiedades que una persona va adquiriendo durante su vida productiva —o como lo llamamos en esta industria, el periodo de acumulación—.
De esta manera, engloba toda la historia económica personal y familiar de alguien, incluyendo los esfuerzos que se debieron llevar a cabo a lo largo de los años para construir esta riqueza.
Así, la gestión del patrimonio o gestión patrimonial, proviene del inglés wealth management. En la industria de servicios financieros la gestión patrimonial alude a la actividad que consiste en planificar, asesorar y acompañar a las personas y sus familias para que puedan tomar las decisiones más adecuadas, en la protección, optimización y consolidación del patrimonio, para que, de esta forma, puedan cumplir sus objetivos y necesidades, conservando el valor y la permanencia de los recursos en el tiempo, e incluso, para las futuras generaciones.
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Gestión patrimonial y gestión de inversiones para su patrimonio
La gestión patrimonial abarca y profundiza diversos temas que van desde la administración de los ingresos y qué hace una persona con los excedentes disponibles, hasta temas que incluyen la toma de decisiones en familia alrededor de sueños y objetivos conjuntos, los aspectos contables de las finanzas de este grupo, el manejo de los impuestos, la administración de los bienes y propiedades, y la preservación de este patrimonio, etc.
En ese sentido, tiene un alcance mucho más amplio e integral que va más allá de la gestión de inversiones, pues además del crecimiento de la riqueza —que se obtiene a través de las inversiones—, tiene como propósito fundamental lograr el bienestar financiero, es decir, preservar la calidad de vida de las personas y la de sus familiares, a través del tiempo.
Una de las principales diferencias entre la gestión patrimonial y la de inversiones, tiene que ver con el acompañamiento experto y la asesoría personalizada que se recibe en la gestión patrimonial, ya que esta se enfoca en cumplir con unos objetivos particulares, teniendo en cuenta las características específicas de cada cliente y su familia, pues las personas tienen distintos propósitos, perfiles, tolerancia al riesgo, comportamientos y hábitos según los momentos de la vida en los que estén.
No tienen las mismas necesidades, los mismos intereses y comportamientos una pareja recién casada frente a una pareja con hijos en la universidad, o comparados con los de una pareja en edad de retiro. De igual manera pasa con las características y conductas que definen y diferencian a un alto ejecutivo, de un empresario o de un profesional independiente. Por ende, cada persona, grupo familiar y empresa requiere un plan, acompañamiento y solución que da respuesta a sus circunstancias de vida.
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También es importante anotar que la gestión patrimonial no solo es para quienes han acumulado riqueza, también está pensada para dueños de pequeños, medianos o grandes negocios, emprendedores y profesionales que están en esa etapa de acumulación y de construcción de un patrimonio.
Por su parte, no hay que dejar de resaltar que la gestión de las inversiones es una parte fundamental de la gran sombrilla que es la gestión patrimonial, aunque tiene un objetivo mucho más específico que es el de capitalizar los recursos o la renta de un patrimonio, sin lugar a duda, es el punto en el proceso donde se implementan los planes y se vive la materialización de las metas.
Para alcanzar los diferentes propósitos, la gestión de las inversiones se vale del uso de un sinfín de instrumentos financieros que pueden incluir los títulos bursátiles en activos de renta variable (acciones), renta fija (bonos públicos o privados), activos alternativos (bienes inmobiliarios, o participaciones de capital en empresas privada), derivativos y monedas, entre otros.
De esta manera, la gestión patrimonial se posiciona como la evolución natural de la industria en la gestión del ahorro e inversión porque no solo se enfoca en el manejo de los recursos a partir de los mercados de capital, sino que, además, tiene un sentido holístico e integral que pone al cliente en el centro, pues se detiene a entenderlo a él y a su entorno y, con base en ese análisis, diseña las estrategias y planes óptimos para lograr su bienestar financiero.
