Colombia se alista para dar un giro clave en materia de infraestructura y apostarles fuertemente a los megaproyectos sociales, en sectores como educación, salud y agua y saneamiento básico.
Para esto, la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) lanzó hace unas semanas la iniciativa ‘ANI Social y Productiva’, con la cual confirmó que este tipo de obras se realizarán mediante esquemas de asociaciones público – privadas (APP).
Históricamente, esta figura se ha enfocado en megaproyectos de transporte, pero ahora se replicará y masificará en hospitales, universidades, colegios, acueductos, entre otros.
Así lo explica Jonathan Bernal, vicepresidente de estructuración de la ANI, en entrevista con Valora Analitik.
¿Por qué este nuevo enfoque en megaproyectos sociales en Colombia?
Esto se da luego de un año de trabajo de empezar a consolidar el portafolio de proyectos, sociales y productivos desde el principio del Gobierno.
Esta fue una instrucción precisa del presidente que la Agencia Nacional de Infraestructura entrará no solo a hacer infraestructura de transporte, sino también incluir la infraestructura social y productiva, especialmente hospitales, universidades, distritos de riego, acueductos y alcantarillados.
Además, sucedió un hito fundamental en el Plan Nacional de Desarrollo y es que nos permitió hacer este tipo de obras, pero para esto, la ANI tiene que transformarse institucionalmente y lo estamos haciendo.
¿Cómo es esto?
Lo estamos haciendo de la mano de los mejores. Con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) tenemos una cooperación técnica no reembolsable, que nos permitirá pensar cómo tiene que ser la ANI para hacer estas dos tareas en transporte y en infraestructura social.
Esa consultoría ya se adjudicó y en enero nos van a mostrar cómo hacer la nueva estructura de la Agencia Nacional de infraestructura.
Por otro lado, hemos venido consolidando una serie de proyectos que encontramos estructurados principalmente por el Departamento Nacional de Planeación (DNP) y otros por la Financiera de Desarrollo Nacional (FDN).
Principalmente, han sido estos dos actores, pero otro con el apoyo de International Finance Corporation (IFC), entidad adscrita al Banco Mundial, donde ellos también venían avanzando en ese portafolio de proyectos.
¿Qué megaproyectos sociales tendrá Colombia?
Encontramos cinco proyectos estructurados por más de $1,2 billones para hospitales; en educación hay cuatro proyectos, incluyendo residencias universitarias y colegios por unos $560.000 millones; y en saneamiento básico y acueducto hay cuatro iniciativas por $4,3 billones.
Eso, en general, es el portafolio que hemos identificado, pero además tiene elementos muy importantes. El primero de ellos es que el país ya hizo realidad un hospital por APP y tuvo importantes logros.
Entre estos, que la fase de preconstrucción, que estaba prevista en 18 meses, la hicieron en menos tiempo: seis meses menos que lo previsto. Y, en la construcción, que la tenían para 24 meses, también tuvieron menores tiempos.
Ahora, nuestra promesa de valor es que, en menos de dos años, adjudiquemos el primer hospital que tenga estos menores tiempos y que el inicio de la construcción se dé antes de terminar el Gobierno.
Eso se vuelve fundamental para ampliar la oferta hospitalaria en Colombia, pero también hay una agenda muy importante en sector educación y en sector agua y saneamiento básico.
¿Cómo funcionará el modelo de APP en estos proyectos?
Funcionará como hemos venido haciendo las concesiones de transporte y es que el privado tiene unas vigencias futuras garantizadas que no dependen de la prestación del servicio y que le garantizan recursos mientras se recupera la inversión en las obras, sin privatizar el servicio.
Aquí siempre se habla de ese mito que vamos a privatizar la salud, pero eso no sucede en este modelo.
Vamos a utilizar el modelo público – privado que permita la construcción, operación y mantenimiento de la infraestructura en un tiempo determinado para que sea más eficiente y mucho más rápido la provisión.
¿Y habrá alguna fuente adicional de financiación?
En este caso, serían vigencias futuras de la Nación y los territorios. Ahora bien, estamos estructurando en los nuevos hospitales y en las nuevas universidades lo que podrían capturar por ingresos no regulados, como pasa, por ejemplo, con aeropuertos con áreas comerciales.
Eso es parte de lo que vamos a empezar a estructurar en detalle en toda esta infraestructura social y productiva.
¿Cómo se estructurarán estos megaproyectos sociales?
Esperamos antes de terminar el año firmar un contrato con la FDN para el subsector salud, pues cada subsector es un mundo completamente diferente.
La FDN fue la que ya hizo realidad el Hospital de Bosa, que funciona por APP y, por eso, esperamos firmar este contrato por más de $7.000 millones, que lo primero que tiene es que de aquí a febrero nos tendrá que resolver cuál es la institucionalidad para implementar este modelo.
Pasa por entender si nosotros estructuramos y adjudicamos, y estamos en la operación y mantenimiento. O si solo estructuramos y la entidad territorial lícita y se quedan en el contrato, o hacemos una mezcla de ambos esquemas.
Y, entre febrero y julio del próximo año, deberemos afinar esos detalles para actualizar los estudios y diseños del portafolio que ya encontramos y decidir qué hospital vamos a estructurar en detalle y sacarlo a licitación en el segundo semestre del 2024 o el primer trimestre del 2025.
¿Cuáles son los megaproyectos más avanzados en su estructuración?
Hay ocho colegios en Ibagué y 10 en Soacha; además, hay alojamientos universitarios en la Universidad Nacional de Manizales para estudiantes y profesores; encontramos alojamientos universitarios en la sede de Medellín.
Esto empieza a cubrir el déficit de la oferta que tenemos en diferentes regiones del país, pero aquí identificamos algunos y hemos venido trabajando con la viceministra y la ministra de Educación.
Ellos nos han venido priorizando unas universidades que quedaron en el Plan de Desarrollo. Esperamos cerrar este proceso este año, para revisar cuáles estructuramos en detalle en 2024.
Ahora, en saneamiento básico, encontramos el sistema de tratamiento de agua residual de Duitama, con inversiones superiores a los $70.000 millones; el sistema de tratamiento de aguas residual de Neiva de más de $215.000 millones; el acueducto y alcantarillado Santa Marta por $2,3 billones.
Y en salud hemos identificado déficit en camas por cada mil habitantes, el promedio está 1,55 y hay departamentos que están por debajo, como Cauca, Norte de Santander, Boyacá, Guaviare y Chocó. Cundinamarca, por su parte, es de los más bajos por la cantidad de personas que viven en la región.
Con esto, hay varios proyectos que están estructurados, como el Hospital Simón Bolívar que es, además, un hospital que sirve de quemados no solo a Bogotá sino a la Región Capital. También están el Hospital Materno Infantil y San Juan de Dios, el de Fusagasugá y el de Engativá.
Y en Cúcuta, donde lanzamos ANI Social y Productiva, hay una planta de tratamiento de aguas residual de que beneficia más de un millón de personas, con más de $1 billón de inversiones y el Hospital Materno Infantil que el Grupo Banco Mundial nos apoyaría con las estructuraciones.
Sobre este último, esperamos que una fundación nos done el terreno para hacer el hospital y con cooperación internacional tendríamos parte del Capex (recursos para la obra), que está estimado en más de $235.000 millones.
Tenemos, en total, más de $6 billones en contratos nuevos en infraestructura social y productiva, que atienda a cuatro millones de colombianos distribuidos en todo el país.
¿Cómo será, entonces, la renovación de la ANI de cara a estos nuevos megaproyectos sociales?
Esto tiene varias alternativas: una es crear una nueva gerencia dentro de la Vicepresidencia de Estructuración y otra en Gestión Contractual, que le haga seguimiento a estos proyectos.
La otra es que haya una vicepresidencia nueva, que tenga toda la infraestructura social y productiva, y haga estructuración y gestión contractual, pero eso es parte de lo que nos dirá el BID el próximo mes de enero.
¿Este tipo de iniciativas sí son rentables? ¿Los privados sí estarían interesados?
Este modelo nació en Reino Unido y ha sido muy exitoso; ya ellos están en la etapa de reversión de esa infraestructura. Chile, por su parte, tiene el modelo implementado y también ha sido exitoso porque al final depende usted como lo estructura.
Nosotros estamos inclinados a garantizar que para el estructurador y el originador sea rentable el negocio, y para esto se requiere velocidad de ejecución de las obras y tener la oferta.
Además, como este Gobierno aumentó del 0,6 % del PIB al 0,8 % el cupo de las vigencias futuras, eso significa que hoy hay recursos y esto ya no es un mito, ya es una decisión tomada.
Esto ha ampliado la posibilidad de hacer nuevos proyectos de transporte, pero también incluye vigencias futuras para estos sociales, que, en suma, son $6 billones para 13 proyectos.