En el documento Costos de frenar la exploración de gas natural en dos escenarios de transición energética en Colombia de los analistas Sergio Cabrales y Juan Benavides (de Fedesarrollo) se plantea la importancia del gas natural y cuantifica los costos de desmontarlo, junto con el carbón, de la generación eléctrica en Colombia entre 2023 y 2035.
Según el análisis, existen numerosas alternativas de política para la transición energética, pero hasta la fecha solo se ha propuesto una medida concreta en relación con el gas natural: frenar la exploración, lo que implica la no adición de nuevas reservas en el mediano plazo.
Es por eso que se evalúan los costos de dos escenarios más específicos de transición para el gas:
- Escenario 1. Consiste en (i) frenar la nueva exploración; (ii) No construir nueva infraestructura de importación; (iii) desmantelar y sustituir la generación eléctrica a gas natural por generación eólica con el mismo nivel de confiabilidad; (iv) impulsar la electrificación del consumo de gas natural en los sectores residencial e industrial.
- Escenario 2. Consiste en (i) frenar la nueva exploración; (ii) ampliar la infraestructura de importación; (ii) mantener la capacidad de generación eléctrica a gas; (iii) mantener el consumo de gas natural en la industria y en los hogares.
En los casos (ii) y (iii), la reducción de consumo doméstico se realiza con proporciones crecientes de gas importado.
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En esta gráfica Cabrales y Benavides presentan los escenarios de diferenciales de costos con respecto al Plan de Expansión de Generación y Transmisión 2020-2034 de la Unidad de Planeación Minero-Energética (UPME), en lo respectivo al cambio de oferta de generación eléctrica.
Según los expertos, como se observa en el Escenario 1: hay necesidades de inversiones de capital en generación eléctrica eólica, costos de activos encallados, y reemplazo de equipos en el lado de la demanda, mientras que en el Escenario 2 hay una inversión de capital en facilidades de importación de gas natural.
“Las principales decisiones empíricas de este estudio son: (i) en el Escenario 1, el desmonte de activos se realiza linealmente entre 2023 y 2030; (ii) se adicionó una perpetuidad del diferencial de los costos de energía eléctrica y gas a partir de 2030 en el Escenario 1 y (iii) por la reducción de reservas domésticas y por importaciones crecientes, el precio del gas al usuario final aumenta entre 2023 y 2030 en el Escenario 2”, cita el documento.
Costos para Colombia que contemplan el Escenario 1
El análisis planteado por Sergio Cabrales y Juan Benavides evidencia que el valor presente neto del costo de cambiar la cocción con estufas a gas a estufas de inducción eléctrica en todos los hogares es de $18,27 billones.
Al tiempo que el canje de subsidios de gas por subsidios a la electricidad en los estratos más bajos exige adicionar $0,74 billones por año.
Además, se expone que el valor presente neto del costo de reemplazar la generación eléctrica a gas natural por generación eólica con confiabilidad equivalente tiene un costo de $85,35 billones (es decir, casi tres reformas tributarias de 2023).
“El valor presente neto del costo de reemplazar el gas natural por electricidad en calderas en los sectores de productos alimenticios, elaboración de bebidas, textiles, marroquinería, maderas y papel tiene un costo de $10,57 billones”, cita el documento de Fedesarrollo.
Costos del Escenario 2
En el Escenario 2, (que cabe recordar consiste en (i) frenar la nueva exploración; (ii) ampliar la infraestructura de importación; (ii) mantener la capacidad de generación eléctrica a gas; (iii) mantener el consumo de gas natural en la industria y en los hogares) el valor presente del costo de importar crecientemente para compensar el freno a la exploración del gas es de $3,14 billones.
Así las cosas, la diferencia en los valores presentes de los costos de transporte del gas al 2030, entre el escenario con y sin exploración, es de aproximadamente $2,00 billones.
“Sin la incorporación de nuevas reservas de gas, el incremento en el valor presente del costo para suministrar gas a Colombia hasta el 2030 mediante importaciones crecientes equivale a $5,14 billones”, argumenta el estudio de Sergio Cabrales y Juan Benavides.
Para los expertos, se espera que, a finales de la década, la tarifa del servicio de gas natural (molécula) experimentará un aumento adicional del 28,71 % en el costo del gas y del 50,95 % en el transporte, en comparación con el escenario en el que se cuenten con nuevas reservas.
Lo que podría implicar un incremento adicional de más del 25 % en la tarifa final.
Y, entonces, ¿qué se puede concluir?
Para los investigadores a cargo de este análisis de Fedesarrollo, no existe una fuente energética que domine sobre los demás en costos, continuidad del servicio, emisiones y densidad volumétrica y de área.
Se reafirma que el gas natural provee energía firme en generación eléctrica, energía densa para la industria y el consumo residencial con menores costos que los combustibles líquidos, y, como se sabe, emite menores emisiones de gases de efecto invernadero por unidad energética consumida.
También destacaron que los costos de cualquiera de los dos escenarios -contemplados en el estudio- se superponen a las tendencias inflacionarias persistentes en energía que se observan en el extranjero:
- En el Escenario 1, el cambio de la cocción a gas en 10,4 millones de hogares por estufas de inducción eléctrica, el reemplazo de la generación eléctrica a gas por eólica y reemplazo de las calderas a gas por calderas eléctricas en algunos sectores productivos, reduciría anualmente 5,6 millones de toneladas de CO2eq.
Esto representaría el 3,2 % del compromiso del Gobierno de Colombia para la reducción de emisiones de gases de efecto Invernadero (GEI) para 2030, con un costo de $114,19 billones.
- A su vez, el Escenario 2 se muestra la importancia de no descuidar la producción doméstica de gas natural.
- También pesa el espejo mundial en el que se refleja que la crisis de energía en Europa Occidental -que ha sucedido a raíz de los cortes del gas natural por parte de Rusia- muestra la precariedad a la que conduce la pretensión de electrificar toda la oferta energética con fuentes no convencionales de energía renovable y de electrificar todo el consumo final en plazos cortos.
“Los países comienzan a entender que deben construir portafolios de oferta energética que balanceen la seguridad, la diversificación y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero”, ratifica el informe de Fedesarrollo.
Para Cabrales y Benavides, el esfuerzo financiero descomunal con tan bajo impacto sobre el compromiso del Gobierno no es financiable por la economía colombiana. “En ambos escenarios se comprueba que el gas natural debe adquirir mayor peso en el portafolio de oferta en un entorno internacional donde la seguridad energética retoma visibilidad, y ante las amenazas de desabastecimiento en generación eléctrica ante choques climáticos como el Fenómeno de El Niño”, concluyen los expertos.