Recientemente, Valora Analitik publicó el informe de Promigas en el que se presentaron los resultados del Índice Multidimensional de Pobreza Energética (IMPE), el primer reporte de este tipo en el país: para entenderlo mejor, en este este Especial: Sector-minero energético de Colombia se resaltaron diez puntos clave.
En primer lugar, la compañía reveló que las metodologías oficiales de medición de la pobreza -como el Índice de Pobreza Multidimensional y la Línea de Pobreza Monetaria- no incluían de manera explícita la dimensión de energía y su relación con el bienestar.
Para conocer a fondo cómo se mueve y se presenta la pobreza energética en Colombia es necesario tener en cuenta:
- El Índice Multidimensional de Pobreza Energética (IMPE) evidencia que el 18,5 % de la población de Colombia está en situación de pobreza energética.
Si bien hay 42,1 millones de personas por fuera de la pobreza energética, todavía quedan 9,6 millones en esta condición.
- La pobreza energética en la zona rural remota es 11 veces la de los grandes centros urbanos (47,9 % vs. 4,3 %). Cuando se tiene en cuenta no solo el porcentaje de personas en pobreza si no las carencias que se acumulan en la población, esta relación pasa a ser de 15 veces (0,016 vs.0,230).
- Las brechas del IMPE entre departamentos son mayores que las observadas según grado de urbanización.
Mientras que Quindío, San Andrés y Bogotá registran una pobreza energética de alrededor del 2 %; Vichada, Vaupés, Guainía y La Guajira muestran incidencias por encima del 70 %.
- El IMPE visibiliza los retos que aún enfrentan los pobres energéticos en acceso y calidad: el 8 % no tiene energía eléctrica, el 61,8 % vive en municipios con mala calidad de este servicio y el 47,4 % cocina con leña, carbón y desechos.
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- Los resultados de la descomposición del IMPE esbozan una agenda de reducción de pobreza energética en Colombia que involucra un componente de acceso y calidad a la energía adecuada (electricidad y gas natural), un componente de otros bienes y servicios públicos (conectividad a internet y acceso de energía y gas a equipamientos sociales de cuidado a la primera infancia)
Y un último componente de capacidad de pago para bienes durables como lavadora, computador o tablet.
- Mientras que en toda Colombia las dimensiones que más pesan son aprender y comunicarse (33,7 %) y acceso a energía adecuada y de calidad (33,1 %), la agenda de política que sugieren los datos es muy diferente entre departamentos.
Por ejemplo, en Córdoba la dimensión de acceso contribuye con 42,8 % de la pobreza energética, mientras que en Bogotá es prácticamente 0 % o en Antioquia es de 16,7 %.
- La estrategia de reducción de pobreza energética debería ser diferencial por departamentos, mientras que hay unos departamentos que demandan una estrategia enfocada en el acceso a energía adecuada y de calidad, en una modalidad que podríamos llamar de primera generación (por ej. Córdoba, Sucre, Bolívar, La Guajira, Magdalena, Tolima, Casanare y Caquetá).
Los demás entrarían en estrategias de segunda y tercera generación conforme la importancia de las demás dimensiones que tienen foco en dispositivos para transformarla energía en bienestar o en equipamientos del territorio.
- Los hogares en pobreza energética que acceden a gas natural están más cerca de salir de ella que los que no acceden. Lo anterior no sólo porque es un energético más adecuado que la leña, el carbón y los desechos, sino porque su acceso está asociado a la tenencia de estufa y calentador.
Los hogares en pobreza energética que acceden a gas natural están más cerca de salir de ella que los que no acceden.
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- Hay importantes brechas de pobreza energética según grupos poblaciones. La pobreza energética es más alta para los hogares que se autorreconocen como parte de un grupo étnico (65,8 %) y para los hogares con niños, niñas y adolescentes (19,9 %).
- El IMPE identifica hogares que no observan los índices oficiales de pobreza monetaria y de pobreza multidimensional.
Así, de 9,6 millones de pobres energéticos, 3,4 millones son pobres según el Índice de pobreza multidimensional (IPM) y 6,2 no lo son.Además, un total de 3,5 millones de personas no son pobres según ingresos, pero si pobres energéticos; y 14,6 millones de personas son pobres monetarios, pero no energéticos.