La Agencia Internacional de Energía (IEA por sus siglas en inglés) publicó el primer reporte comprensivo de políticas energéticas de Colombia, reconoce al país como un ejemplo en el compromiso de alcanzar la transición energética, pero pidió metas coherentes para alcanzar los resultados esperados.
Al respecto, el exministro de Minas y Energía de Colombia, Diego Mesa Puyo, indicó que “esto es producto del trabajo de nuestro equipo de Gobierno entre 2018 y 2022, y de la gran cooperación y apoyo del director ejecutivo de la IEA para que Colombia entrara a la Agencia. En 2022, firmamos, en París, el memorando para ser miembros en proceso de acceso”.
De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía, Colombia se ha convertido en un líder en la formulación de políticas de transición a energías limpias y es un “ejemplo inspirador de un país productor de combustibles fósiles comprometido con la acción climática, basado en una vía de descarbonización a largo plazo y una política de diversificación energética y económica y una transición justa”.
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La IEA recordó que, en el contexto del Plan Energético Nacional 2020-2050, lanzado en 2016, Colombia inició un camino para diversificar sus recursos energéticos y asegurar un suministro energético confiable mediante la promoción de la energía eólica, solar y geotérmica en el mix eléctrico del país.
Asimismo, en la COP26, Colombia presentó un objetivo neto cero y una ambiciosa Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC), con el objetivo de reducir en 51 % las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para 2030.
“Estas ambiciones se reflejan en la estrategia a largo plazo, la Estrategia E2050, la Ley de Transición Energética y la Ley de Acción Climática. Para implementar sus objetivos, Colombia utiliza un sistema sólido de planes de gestión del cambio climático en todo el gobierno con objetivos asignados a cada sector, incluido el de energía (PIGCCme)”, indicó la Agencia.
Agregó que “la Ley de Transición Energética amplió las acciones políticas y los beneficios fiscales a la eficiencia energética y las tecnologías energéticas bajas en carbono, incluida la geotermia, captura y almacenamiento de carbono (CAC) y el hidrógeno”.
Entre tanto, la IEA resaltó el papel de la petrolera estatal de Colombia, Ecopetrol, que está apoyando el cambio hacia energías bajas en carbono con planes de inversión en tecnología de energía limpia.
Otros avances de Colombia en la transición energética, según la IEA
La entidad recordó que, en 2023, la política de transición energética de Colombia se encuentra en otro punto de inflexión crucial, ya que el Gobierno apunta al cambio gradual hacia cero emisiones netas, alejándose de un modelo de industria extractiva fuertemente dependiente de las exportaciones de petróleo y carbón hacia una economía de energía limpia más diversificada basada en inversiones en fuentes de energía renovables, minerales críticos e hidrógeno.
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Además, destacó que el país disfruta de una sólida base de recursos naturales.
“Las energías renovables representaron más de un tercio del consumo total de energía final en 2020, gracias al importante papel de la energía hidroeléctrica convencional y la bioenergía”, recalcó la Agencia Internacional de Energía.
Vale recordar que, en 2021, en el Gobierno del expresidente Iván Duque, la energía renovable representó el 25 % del suministro energético total de Colombia y el 29 % del consumo final, sustancialmente por encima del promedio de la IEA del 14 % y representó el 75 % de la generación eléctrica (en comparación con el promedio de la IEA del 30 %).
Según resaltó la Agencia, el Gobierno de Gustavo Petro continúa expandiendo la energía renovable no convencional, en gran medida a través de subastas a largo plazo para desarrollos solares y eólicos a gran escala.
“El amplio potencial de energías renovables en la región de La Guajira debería ayudar a avanzar en la electrificación rural y cerrar la brecha de acceso a la energía”, señaló la entidad.
También explicó que, concentradas en las regiones del norte, que tienen un potencial eólico marino de 50 gigavatios (GW), las energías renovables también pueden proporcionar la energía limpia necesaria para impulsar la producción de hidrógeno en Colombia.
Al tiempo que resaltó los procesos que han impulsado el desarrollo geotérmico de Colombia, que también goza de un potencial sustancial a lo largo del cinturón de fuego del Pacífico.
Adicionalmente, la IEA rememoró que, en 2023, el país trabaja en la actualización del Plan Nacional Energético (PEN) hacia 2050, en línea con el nuevo Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026 (PND) de Colombia y las metas energéticas y climáticas hacia la descarbonización.
Para la Agencia, este nuevo PEN es una oportunidad para generar una mayor coherencia en la planificación de políticas y establecer objetivos claros de eficiencia energética y tecnologías de energía limpia para 2030.
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Lo anterior, con base en los diferentes escenarios energéticos a largo plazo para el sector energético, el Plan Nacional Energético debería confirmar los posibles objetivos y la inversión necesaria para alcanzar un cambio tecnológico que lleve a Colombia a un sector energético más digital, descentralizado y descarbonizado como facilitador de un desarrollo sostenible más amplio.
“El PEN también debería identificar las inversiones necesarias en investigación, desarrollo e innovación energética en Colombia”, expuso la IEA.
¿Qué le recomienda la IEA a Colombia para cumplir metas hacia la transición energética?
Para la Agencia Internacional de Energía (IEA) el actual Gobierno de Colombia, en cabeza del presidente Gustavo Petro y de la mano del Ministerio de Minas y Energía, a cargo de Omar Andrés Camacho, se deberían tener en cuenta cinco puntos clave:
- Definir la visión general de la política de transición energética de Colombia y establecer las acciones prácticas necesarias para conciliar el crecimiento energético asequible y seguro necesario para apoyar el desarrollo económico de Colombia con su objetivo de cero emisiones netas.
- Garantizar la coherencia en las políticas, metas y ambiciones contenidas en las distintas leyes, decretos, planes y políticas sectoriales en materia de energía y cambio climático, y realizar un seguimiento del avance de los hitos de la transición energética de Colombia.
- Establecer una hoja de ruta de seguridad energética a mediano y largo plazo, definiendo acciones específicas para asegurar el petróleo, el gas, la electricidad y los minerales críticos necesarios para la transición energética del país.
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Esto incluiría pautas sociales; programas de reciclaje; y apoyar el acceso a la energía, el empleo y las oportunidades de desarrollo económico que surjan del despliegue de energía limpia en el territorio colombiano. - Mejorar el compromiso y la cooperación entre los departamentos gubernamentales nacionales, regionales y territoriales y el sector privado para garantizar que las comunidades locales reciban beneficios económicos y sociales tangibles de la expansión de proyectos esenciales relacionados con la energía en sus ubicaciones.
