El 13 de agosto de 2022, Gustavo Petro se paró en la tarima del centro de convenciones de Cartagena frente a unos 2.000 empresarios. Era el cierre del Séptimo Congreso Empresarial de la ANDI. Ya antes se había reunido con líderes gremiales y empresarios, pero esa ocasión era especial. Seis días antes, había tomado posesión como presidente de Colombia.
Durante casi una hora, habló de la forma en que, para él, debería funcionar la economía colombiana. Y en el centro hizo un duro cuestionamiento: el papel preponderante de los empresarios frente al rezago estatal. A su juicio, esa situación debería revertirse para permitir una alianza público-privada en la que el Estado guíe y los empresarios produzcan.
«Hagamos una misión público-privada, con el Estado dirigiendo y la participación de personas del sector privado, tanto ricas como no tan ricas, e incluso campesinos, para lograr la meta de hambre cero en Colombia», dijo como ejemplo de esa colaboración.
Y concluyó con una invitación a los empresarios. “Para eso tenemos que hablar. Hay que traer expertos. Para eso tenemos que hacer mesas. Para eso tenemos que plantear un diálogo social”.
Sin embargo, un año después, entre varios expertos y líderes gremiales existe la sensación de que dicha promesa no se ha cumplido. De que en ese diálogo ellos no están invitados. De que aún falta mucho trabajo y, sobre todo, que los empresarios sean tenidos más en cuenta.
Por motivo del primer año de Petro en la Presidencia de Colombia, Valora Analitik consultó a expertos y líderes gremiales que respondieron no solo sobre cómo fueron estos primeros 12 meses, sino de lo que esperan del resto del cuatrienio.
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Cómo ha sido el primer año de Petro
María José Bernal, directora ejecutiva de Fenalco Antioquia, expresa que, en el primer año de Petro, la relación con los empresarios “no se ha buscado estructurar de manera estratégica. No se ha entendido que la empresa privada es un generador de oportunidades”.
Por su parte, Camilo Guzmán, director ejecutivo del centro de pensamiento Libertank, asevera que “el presidente decidió, desde sus primeros días, graduar a los empresarios casi que de enemigos. Y eso se ve no solo en sus discursos, sino también en las reformas”.
Quizá uno de los momentos más claros en los que se vio esa marcada distancia con los empresarios en el primer año de Petro fue el 1 de mayo. Ese día, por segunda vez, el presidente llamó a las calles a sus seguidores y les habló desde un balcón de la Casa de Nariño.
Allí habló tendidamente sobre la reforma agraria -piedra angular de sus discursos- y, con el simbolismo de que ese día fuera el Día del Trabajo, criticó duramente a los empresarios colombianos, llegándolos a calificar de “esclavistas”.
No obstante, más aplacada se muestra María Claudia Lacouture, presidenta de Aliadas (que reúne 40 asociaciones y gremios) y de la Cámara de Comercio Colombo Americana (AmCham).
Lacouture admite que, con Petro, “la relación con el sector empresarial ha sido cordial, a pesar de las diferencias de visión que con frecuencia expresa el jefe del Estado”. Y reconoce que sí ha habido espacios de conversación con el Gobierno.
Aun así, afirma: “consideramos que se puede mejorar, generando más espacios de diálogo para lograr consensos y acciones público-privadas”.
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Las reformas de las discordias
El 9 de febrero, el presidente Gustavo Petro se sentó a conversar con los representantes de las EPS e IPS. Esa noche, en medio de un álgido debate nacional, les presentó la reforma a la salud -que, meses después, fracasó en el Congreso-.
Varios de esos representantes destacaron la disposición de Petro para el diálogo. Sin embargo, Cuando el texto final de la reforma se presentó en el Congreso, cuestionaron que el Gobierno Nacional no cumplió con los compromisos que asumió.
Según Camilo Guzmán, ese episodio resume el desafío de dialogar con el presidente. “A pesar de que con los gremios ha tratado de tener una relación constante, también ha sido muy turbulenta. Se compromete en privado, pero no cumple en público”.
María José Bernal, por su parte, cuestiona la reforma laboral, asegurando que “está pensada para beneficiar a los sindicatos. Vuelve más atractiva la informalidad”. Y también la tributaria, que fue aprobada en 2022: “Hace falta austeridad para no tener que hacer reformas tributarias cada año”.
“Reformas como la de la salud y la pensional tienen motivaciones ideológicas, no técnicas”, dice Nicolás Posada, director del Consejo Intergremial de Antioquia.
Otro punto que cuestionan es la alta rotación en los ministerios y cómo esto afecta la gobernabilidad, así como la relación con los empresarios.
“Si hay un cambio ministerial, esa cartera se reinicia. Cada vez que ocurre, la relación también empieza de cero y otra vez hay que construir y otra vez las empresas tienen que convencer al ministro de turno”, asevera Guzmán.
Lo que esperan
El pasado 29 de julio, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, radicó el Presupuesto General de la Nación (PGN) para 2024. El documento tiene varias referencias a las empresas y a esa unión que le planteó Petro a los empresarios en agosto de 2022.
Al hablar de una política de reindustrialización, se lee en el proyecto del PGN: “A través de esta política, el Gobierno nacional establece una colaboración estratégica con el sector privado para cerrar las brechas de productividad, fortalecer los encadenamientos productivos, diversificar y sofisticar la oferta, tanto interna como exportable, y profundizar la integración productiva regional”.
También intenta calmar un temor que ha estado presente desde los días de campaña: “este gobierno no pretende estatizar la economía colombiana. La empresa privada seguirá siendo la que más contribuya a la creación de riqueza en el país. Lo que estamos plasmando en este proyecto de ley es un replanteamiento del papel del Estado”.
Y afirma que “el sector privado y el mercado están llamados a ser los principales promotores de la transición productiva”.
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María Claudia Lacouture aspira a que pase esa conversación. “Es importante recordar que la construcción del país requiere la participación de todos”.
Y agrega: “(los empresarios) hemos reiterado al Gobierno Nacional nuestra disposición de participar activamente en la construcción de dicho acuerdo y trabajar de manera conjunta en iniciativas que prioricen el crecimiento, la productividad, el emprendimiento y el empleo de calidad”.
Nicolás Posada concluye: “esperamos, como gremios, que el país salga adelante. Que el presidente Petro tenga un diálogo directo con todos”.
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