En el diagnóstico base que hizo el Ministerio de Minas y Energía de Colombia para construir la Hora de Ruta para la Transición Energética, que está para comentarios, se plasma un futuro desesperanzador para el carbón térmico colombiano.
“(…) como Colombia exporta más del 90 % del carbón que extrae, especialmente el térmico, para el país es de gran importancia entender qué está sucediendo en este sector”, expresa el documento.
Según el diagnóstico, el futuro del carbón en la generación de energía eléctrica no será uniforme en todas las regiones del mundo.
Por ejemplo, en la Unión Europea y Estados Unidos se espera que, hacia 2025, se presenten tendencias de reducción de su participación en la matriz de generación de energía eléctrica hasta alcanzar niveles prepandemia (antes de 2020).
“En 2019, la demanda de carbón térmico en Europa y América del Norte disminuyó significativamente, con reducciones de 23 % y 17 %, respectivamente”, expone el Ministerio.
En cuanto a la región Asia-Pacífico, manifiesta que se experimentó un crecimiento continuo en la demanda de este recurso, con un aumento del 1,8 % en China y un 13 % en el sudeste asiático.
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Este aumento en la demanda ha llevado a que, en el mismo año, seis países de la región (China, India, Pakistán, Bangladesh, Filipinas y Vietnam) representen el 70 % del consumo mundial de carbón térmico.
El documento expresa que China e India tienen el objetivo de suplir su propia demanda de carbón, o en su defecto han recurrido a suplir las importaciones por medio de compras a proveedores cercanos como Rusia, Indonesia o Australia, y asegura que estos países “están relativamente bien cubiertos”.
Y se agrega que Colombia, no solo no ha conseguido aumentar su participación en esos mercados, sino que, debido a los excedentes de carbón ruso entrando a los mercados de China, India y Turquía, ha perdido participación.
“De los 15,5 millones de toneladas que, en promedio, se exportaron entre 2015 y 2022, a Turquía como mayor aliado comercial de exportación de este energético en 2022, solo se exportaron 11,5 millones de toneladas, lo que representa una caída del 34 %”, precisa el diagnóstico.
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Los precios: ¿otro obstáculo para el carbón colombiano?
En línea con lo argumentos de la Hoja de Ruta para la Transición Energética, lo expuesto anteriormente y la tendencia de los últimos diez años imponen retos adicionales.
Pues, según el documento, hay una importante sensibilidad de precio para las distintas minas del país: “si la cotización internacional del carbón (FOB) está por debajo de precios límite, entonces, como con Prodeco, puede que no tenga sentido económico para las mineras continuar sus operaciones”, ratificó el Ministerio de Minas y Energía.
Esta premisa estaría sustentada por “los altos costos de fletes a puertos de posibles países compradores. Estos fletes son costos que se tendrían que pagar para movilizar el carbón colombiano a los puertos de los centros de consumo que tienen proyecciones de demandas en el futuro”.
De manera que para reemplazar la demanda de la cuenca Atlántica por la del Pacífico/Índico, de acuerdo con el texto, tendrían que darse reducciones drásticas en los precios de extracción, transporte a puerto y, sobre todo, fletes.
Por esta razón, el Ministerio considera que con “la evidencia disponible actualmente, es muy difícil que se alineen esos factores a favor del mercado de carbón proveniente de Colombia”.
Retos para el carbón térmico de Colombia, según el Ministerio
El diagnóstico de la Hoja de Ruta para la Transición Energética de Colombia, hecha por el Ministerio de Minas y Energía, muestra que el 90 % de la minería de carbón ocurre en operaciones a gran escala y a cielo abierto propiedad de grupos multinacionales que exportan el 99 % de su producción y, por ende, son totalmente susceptibles de los vaivenes de los mercados internacionales de carbón térmico.
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“En 2020, algunas de estas empresas interrumpieron sus operaciones, en algunos casos incluso de manera permanente, generando grandes traumatismos en regiones”, señala.
En caso de reducirse la demanda de carbón en los mercados tradicionales a los que históricamente ha exportado Colombia, como diversos factores lo indican según el Ministerio, distintas fuentes alertan ante posibles vacíos en materia normativa e institucional que deben resolverse.
De acuerdo con la cartera, Colombia está particularmente expuesta a las iniciativas de descarbonización en Europa, Norteamérica y América Latina.
“Por esa razón, prepararse en materia de diversificación económica, reconversión productiva, fortalecimiento institucional y mayor ahorro en las épocas de bonanza, puede mejorar las posibilidades de enfrentar los retos del futuro en las áreas de mayor producción de carbón”, se prevé.
Para el Ministerio, el consumo nacional de carbón se concentra en los sectores de coquización, generación termoeléctrica e industria.
Si bien representa tan solo un 10 % de la extracción total, a nivel social y territorial evidencia mayores niveles de generación de empleo y de encadenamientos productivos que el carbón que se exporta.
“Ante la penetración de las fuentes no convencionales de energía renovable y de procesos de sustitución tecnológica, incluyendo la electrificación en la industria, es probable que el consumo de carbón nacional disminuya considerablemente”, vaticina el diagnóstico de la Hoja de Ruta de la Transición Energética.
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Según el Ministerio, ante esta situación se vuelve de suma importancia preparar las políticas de transición justa de manera que esa situación no genere traumatismos.