Al menos 9.76 millones de toneladas de alimentos son desperdiciados en Colombia, por ello se entregan varias recomendaciones a los empresarios.
En el mundo, un tercio de los alimentos producidos al año para el consumo humano es desperdiciado, lo que equivale a aproximadamente 1.300 millones de toneladas de alimentos, de acuerdo con cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
En Colombia la pérdida más significativa se da en las frutas y verduras con 62 %, en el eslabón de la distribución y retail la pérdida es del 20,6 % y en el de consumo el 15,6 %.
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Sin embargo, de acuerdo con un informe de WWF Colombia, no se dimensiona aún la magnitud en la que la alimentación afecta al medio ambiente y muchas veces esta responsabilidad se asocia solo a la fase de desperdicio, ignorando otras etapas del proceso.
“Para producir alimentos se utilizan agua, energía, grandes porciones de tierras; y cada vez que los alimentos no cumplen su función de alimentar pierden su valor; al tiempo que se afecta la biodiversidad”, explicó Gerney Díaz, coordinador de movilidad y sostenibilidad de WWF Colombia.
Y es que, de acuerdo con la FAO, la pérdida de alimentos representa entre el 8 %y 10 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Sin contar que los alimentos que se pierden podrían alimentar a más de 1.000 millones de personas con hambre al año.
Cómo evitar el desperdicio de alimentos
Teniendo en cuenta estos datos, resulta clave que los restaurantes en el país acojan medidas en lo que refiere a la reducción de desperdicios alimentarios.
De acuerdo con Maximiliano Acosta, CMO de la aplicación GoodMeal, “la pérdida y el desperdicio de alimentos corresponde a un 30 % de la producción mundial, que además del daño medioambiental que esto genera, económicamente equivale a $1.2 trillones de dólares anualmente”.
Y agrega que, “la comida o estos productos no vendidos por parte de los negocios es plata que se deja sobre la mesa y por ende es un impacto negativo para la rentabilidad de estos”.
Entre las prácticas más recomendadas se encuentran los procesos de transformación de la materia orgánica para crear abono natural, producir la cantidad adecuada para la demanda del negocio, servir porciones adecuadas y lograr que el sobre alimento pueda tener una vida útil.