Perú enfrenta un difícil escenario macroeconómico en 2023. Fenómenos exógenos a la crisis global están llevando a la otrora próspera economía de América Latina a un escenario impensado años atrás: la recesión técnica.
Este panorama es producto de dos acontecimientos importantes: el fenómeno meteorológico de El Niño y la extendida crisis política.
La economía de Perú se contrajo en 0,4 % en los cinco primeros meses del 2023, “explicado principalmente por la disminución de la demanda interna (-0,6 %), así como, de las exportaciones de bienes y servicios (-1,5 %), en un contexto de agudización de conflictos sociales y eventos naturales adversos”, señaló la versión oficial.
En estos cinco meses del año, la actividad económica se contrajo en tres de ellos, siendo mayo el mes más reciente, con una fuerte contracción del 1,43 %, la más importante.
“Los datos que se conocen de abril y mayo adelantan la posibilidad de que veamos una leve contracción del PIB en el segundo trimestre, en medio de la fuerte desaceleración que viene presentando la actividad económica en sectores como el agro y la pesca”, afirmó María Paula González, analista de mercados andinos de Investigaciones Corficolombiana.
Estos dos sectores, dijo González, se ven afectados por las condiciones climáticas generadas por la llegada del fenómeno de El Niño.
De esta forma, Perú se estaría encaminando a una recesión técnica, toda vez que, según la definición clásica, esta se produce cuando existen dos trimestres consecutivos de contracción económica.
Por lo pronto, tal como lo señalan los analistas, aún hace falta el dato de junio, pero consideran que los mismos pueden ser “bastante malos”.
Aún así, como sostiene Andrés Abadía, analista para América Latina de Pantheon Macroeconomics, no podría llamársele aún una recesión per se, porque “debería ser una contracción generalizada” de todos los sectores y esto no ocurre aún.
“En Perú hay algunos sectores que están presentando cierta resiliencia. Por ejemplo, el comercio, algunos servicios. También el sector de la minería. Se puede decir que la economía está en un bache, especialmente por los efectos del clima y las protestas”, expuso Abadía.
¿Qué se espera de Perú para el segundo semestre del 2023?
A partir de ahora, Perú se juega momentos claves para impulsar su economía en los siguientes seis meses para finalizar el 2023.
Fabiano Borsato, director de operaciones de Torino Capital, aseguró que el venidero mensaje a la Nación del 28 de julio será clave para las perspectivas macroeconómicas del Perú.
“(El mensaje) será clave para determinar el alcance de las medidas de reactivación económica que implementaría la Administración Boluarte para hacer frente a esta coyuntura recesiva”, afirmó el experto.
Para Borsato, anuncios de inversiones en el resiliente sector minero y en proyectos de infraestructura pública “podrían contribuir a la recuperación de la confianza empresarial y con ello comenzar a contrarrestar la caída de la inversión privada”.
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Por otro lado, como lo precisa Sebastián Fernández de Soto, analista de Control Risks en Perú, las protestas que suceden en Lima, en ocasión con las fechas patrias, pueden generar reticencia de los inversores si se prolongan.
También advierte sobre las consecuencias de El Niño, las cuales se verán con mayor pronunciamiento en octubre. Esto podría generar efectos aún más negativos ya que “el gobierno no ha ejecutado las obras de preparación en su totalidad”.
El Ministerio de Hacienda de Perú, así como el Banco Central, habían proyectado que el país registraría tasas de crecimiento de 2,5 % y 2,2 % para el cierre del año.
No obstante, los analistas de Pantheon Macroeconomics y Torino Capital, consideran que, si bien el país puede llegar a revertir la actual situación, el crecimiento apenas sobrepasaría el 1 % para diciembre de 2023.