Una campaña creciente busca que el peaje Turbaco, ubicado en la Ruta Caribe II, sea desmontado. La campaña ha sido adelantada por el Comité No Más Peaje. Sin embargo, la propuesta tiene una serie de reparos a manos de empresarios del país.
De acuerdo con Juan Martín Caicedo, presidente de la Cámara Colombiana de la Infraestructura (CCI), la exigencia que pide el desmontaje de esa caseta se basa en argumentos muy debatibles y no tienen en cuenta la necesidad de ese punto de recaudo para la concesión.
En primer lugar, dice Caicedo, el peaje de Turbaco en la Ruta Caribe II es clave por ser ese desarrollo vía fundamental para garantizar el mantenimiento de 253 kilómetros en vías que están en los departamentos de Atlántico y Bolívar.
Al tiempo que es fundamental para 79 kilómetros de segundas calzadas y otros 16 kilómetros de variantes para las cabeceras municipales. Acabar entonces con el peaje de Turbaco en la Ruta Caribe II puede afectar el desarrollo de esa importante vía de infraestructura.
Agregó Caicedo que el golpe llegaría a tal punto que la Agencia Nacional de Infraestructura “podría optar por liquidar de manera anticipada el contrato, decisión que solo traería consigo una andanada de consecuencias tremendamente nocivas para la conectividad, la competitividad y el desarrollo de la Costa Caribe”.
¿Por qué es importante el peaje Turbaco en la Ruta Caribe II?
Sumado a estos efectos, la CCI también explica que aprobar una petición como la del Comité No Más Peajes sería lesiva para el mercado laboral de esa región del país.
Datos de la organización dan cuenta de que el cierre de ese peaje podría afectar unos 4.800 empleos directos y 2.700 indirectos, al tiempo que se vería golpeada la seguridad en la región y habría una dinámica económica mucho más ralentizada.
Pero, atendiendo las peticiones del Comité y de algunos de los colombianos que transitan por ese sector, desde a CCI recuerdan que la misma ANI ha planteado no cobrar el peaje Turbaco para los vehículos pertenecientes a las categorías I y II que se muevan por este tramo de la Ruta Caribe II.
Pidió Caicedo sopesar que toda esta iniciativa no puede responder únicamente a motivaciones políticas y siempre tener en cuenta la afectación que puede llegar para el desarrollo de la infraestructura y de la economía de la región.
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Pidió entonces el presidente de la CCI dejar de lado “una politiquería barata y del oportunismo irresponsable de unos pocos que pueden frustrar el desarrollo vial de la Costa Norte. Sería inadmisible, por lo demás, que una postura radical e intransigente de un grupo aislado, termine anteponerse al progreso del país”.
