Alejado de las portadas de la opinión pública, Uruguay protagoniza por las últimas semanas los escenarios que podrían ser más comunes en el mundo, dado el avance del cambio climático.
Una sequía, la más grave en la historia -70 años-, tiene en jaque el consumo de agua potable en Uruguay al secarse una de las principales fuentes hídricas de la capital Montevideo.
De hecho, tal como lo estimó el gobierno, la capital podría quedarse sin agua potable en un aproximado de 10 días, al menos que las peticiones de lluvia -hasta imploradas por la iglesia católica local- se hagan realidad.
Así es el panorama de las cuencas que abastecen a Montevideo, capital de Uruguay
La capital Montevideo -de 1,3 millones de personas- se nutre de dos represas de agua potable. La primera de ellas, Canelón Grande, ya quedó completamente seca.
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La otra fuente, que lleva por nombre Paso Severino, se está quedando sin agua.
Esta represa tiene una capacidad de 70 millones de metros cúbicos, pero actualmente, según el más reciente boletín de la Presidencia uruguaya, la capacidad es de poco más de 1.100.000 metros cúbicos y el consumo de 511.537 metros cúbicos.
¿Cómo puede Uruguay resolver esta crisis de sequía?
La entidad meteorológica uruguaya está a la expectativa de las precipitaciones que puedan suceder en las últimas horas y semanas que le permitan compensar los bajos niveles de Paso Severino.
Además, se espera que los trabajos públicos realizados por las autoridades en determinados puntos de los embalses permitan el equilibrio de los niveles de cloro y sal.
Por lo pronto, en Montevideo rige una emergencia hídrica, donde el agua embotellada quedó libre de impuestos y las personas de escasos recursos reciben dos litros de agua potable de forma gratuita.
No obstante, tal como señala la cadena alemana Deutsche Welle, en los supermercados se han desatado compras masivas y las botellas y bidones de agua se venden al doble del precio ante la escasez.