En 2018, con el propósito de promover la economía circular del plástico, empezó a funcionar el fondo de inversión Circulate Capital en Asia. Cinco años después, y tras dos años de investigación previa, el fondo aterrizó en América Latina con cuatro países en el foco para su propósito: Brasil, Chile, Colombia y México.
Circulate Capital cuenta con el respaldo del laboratorio de innovación del BID, Builders Vision, Chevron Phillips Chemical, Danone, Dow, Mondelez International y Uniliver. Y en la región, durante los próximos años, destinará US$65 millones.
De estos, alrededor del 15 % se utilizarán en el país para impulsar las empresas que tienen en su ADN la economía circular del plástico. Es decir, reutilizar el material para disminuir su impacto ambiental.
Ante la llegada de Circulate Capital a Colombia, Valora Analitik conversó con Christian Urazan, investment advisor en Latinoamérica para el fondo. Esto fue lo que dijo.
¿Qué oportunidades ve Circulate Capital aquí en Colombia para impulsar la marca en el país?
Circulate Capital es una firma de inversión que financia compañías cuyos modelos de negocio contribuyen al desarrollo de la economía circular del plástico.
Operamos en Asia y desde hace un par de años, siguiendo el pedido de los inversionistas, vinimos a Latinoamérica a entender cómo estaba el ecosistema en la región. El de la economía circular del plástico es un ecosistema en pleno desarrollo en la región. Uno de los factores claves para esto es las leyes. Y Colombia va a la vanguardia en leyes que fomentan la economía circular del plástico, con la Resolución 1407 de 2018, y la ley de plástico de un solo uso (Ley 2232 de 2022).
¿Cuál es, entonces, la importancia del impulso de la economía circular del plástico en el país? Vemos que el 62,4 % de los residuos en las costas de Colombia son plásticos.
No es que el plástico sea malo. Es un material muy beneficioso para la humanidad, ya que es moldeable y barato, y genera muchísimo bienestar. Pero tiene un problema: cuando se diseñaron los empaques, se hizo pensando en que cumplieran la función de cuidar lo empacado y fueran lo más económico. Pero no se pensó en su duración. Desde que ese plástico se concibe hasta que lo botas, puede pasar entre 6 meses y un año. Y una vez lo botas, ese plástico se deshace entre 90 y 100 años.
Lo que una iniciativa como la nuestra hace es decir: el plástico es necesario, pero tenemos que aprender a usarlo bien. Que se vuelva más larga la cantidad de tiempo que se usa.
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En términos prácticos, ¿cuál será la inversión en Colombia? ¿Con qué empresas trabajarán?
Dentro de nuestro estudio, Colombia es uno de los cuatro países primarios, es decir, donde el sector es más desarrollado, junto con Brasil, Chile y México. El resto de los países son secundarios y destinaremos inversiones ahí, pero entre el 60 % y 80 % se irá a los países primarios.
Colombia tendrá del 10 % al 15 % del capital destinado, invirtiéndose en empresas que promuevan la economía circular del plástico en cualquiera de los eslabones de la cadena de valor (diseño, recolección y segregación, procesamiento y manufacturación de productos).
No es solo la financiación, sino entonces también el acompañamiento técnico, ¿cuál será el trabajo para promover la economía circular del plástico?
Nosotros tenemos varias compañías de consumo masivo globales que han contribuido. El hecho de tenerlas como socios estratégicos hace que podamos traer la tecnología y apoyar el conocimiento técnico en empaques, en plástico y en la demanda de los productos. Y a eso se suma el conocimiento del negocio del Circulate Capital. En Asia operamos desde 2018 y, en ese periodo, hemos caminado la curva de aprendizaje y ese conocimiento podemos traerlo a la mesa.
¿Cuáles son las metas y expectativas en Colombia?
Nuestro horizonte está para los próximos 7 a 10 años. La idea es que, en ese periodo, encontremos a las compañías que se ajustan a lo que buscamos y las ayudemos a crecer. En la región, esperamos que, en 10 años, 8 millones de toneladas de plástico hayan sido reinsertadas en el sistema evitando ir a los océanos. Y también esperamos que 3 millones de vidas de trabajadores que viven de esto sean impactados positivamente.
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