Al igual que como ha ocurrido con industrias altamente conservadoras, como la inmobiliaria, financiera, hotelera e, incluso, de salud, la tecnología está transformando la dinámica tradicional del sector energético en Colombia impactando la comercialización de energía.
Reconocidos comercios como: Coca Cola Femsa, WeWork, Autoniza, Mallplaza, Home Burgers y Gato Dumas, por mencionar algunos ejemplos, ya están comprando su energía de manera digital.
Sin embargo, ¿qué es exactamente la comercialización digital de energía?, ¿cuál es la diferencia con respecto a la que se tiene actualmente? y ¿por qué las grandes cadenas en Colombia están migrando hacia ese formato? Para responder a todas estas preguntas y hacer un poco de pedagogía sobre el tema, en Valora Analitik preparamos el siguiente informe:
La comercialización de la energía en Colombia
Empecemos por lo primero. En Colombia la cadena del suministro de la energía eléctrica está compuesta por cuatro grandes eslabones:
(1) Las generadoras, que son aquellas propietarias de la infraestructura para producir la energía, la cual se genera en su mayoría por medio de hidroeléctricas.
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(2) Las transmisoras, que son las que llevan la electricidad desde las generadoras hasta los centros urbanos, y son las propietarias de esas grandes torres de alta tensión que usualmente se ven al viajar en carro por fuera de las ciudades.
(3) Las distribuidoras, que son aquellas que toman la energía de las redes de alta tensión y la distribuyen en los diferentes perímetros urbanos.
(4) Las comercializadoras, encargadas de medir el consumo de los usuarios, representarlos ante la red, facturarles mensualmente y pagarle al resto de empresas en la cadena de suministro.
¿Cómo funciona la comercialización tradicional?
Ahora bien, teniendo en cuenta cómo opera la cadena de suministro, es necesario concentrarse en el último eslabón: el de la comercialización, pues, este, a diferencia de la generación, la transmisión y la distribución, es el único en el que se tiene relación directa con los consumidores.
Al día de hoy, y pese a la revolución tecnológica que se ha dado en el mundo, el consumo de energía se mide y se factura de la misma forma a como se hacía hace dos o tres décadas atrás, es decir, con facturas impresas (o, en el mejor de los casos, con esa misma factura en versión PDF y enviada por correo), con la posibilidad de medir el consumo únicamente de forma mensual; y, en el caso de los comercios, con diferentes fechas de corte.
«Esa es la razón por la que todos los meses un operario de la empresa comercializadora pasa por su residencia para registrar los valores del contador, ya que con esa información, al calcular la diferencia con la de meses pasados, se establece el monto a facturar; y es también una de las razones por la que, incluso, así se haya salido de viaje, el valor de la factura pareciera no bajar significativamente», explicó Leonardo Velázquez, COO y cofundador de Bia.
¿Qué cambia con el modelo de la comercialización digital?
Con la comercialización digital, de cierta forma, ese consumo deja de ser una actividad ciega, pues, por medio de un contador inteligente, que sustituye al tradicional; y de herramientas de inteligencia artificial y machine learning, el usuario pasa a tener métricas en tiempo real sobre su consumo, lo que le permite disminuirlo en hasta un 15 %.
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Así, además de poder detectar ineficiencias y tomar medidas oportunamente para eliminarlas, se puede: realizar comparativos, pagar unificadamente -con una única fecha de corte y desde el celular (en el caso de los comercios, que suelen tener varios locales), y recibir notificaciones para disminuir gastos innecesarios.
«En el caso de Bia, nuestros usuarios reciben cashback, que es una devolución de un porcentaje de la factura que pagan mensualmente, para que puedan gastarlo en nuestros comercios aliados o, incluso, pagar su próxima factura. Asimismo, por medio de blockchain, garantizamos que el volumen de energía consumida se está generando equivalentemente en una fuente renovable, de manera que obtenga un certificado (REC) que se sume a sus metas de sostenibilidad», añadió Velázquez.
¿Quiénes pueden comprar su energía digitalmente?
Esa es una pregunta muy recurrente, pues, se estima que ocho de cada diez usuarios en el país desconoce que tiene el derecho a cambiarse de comercializador de energía, si así lo desea.
De momento, en parte por la inversión que supone esta tecnología, la comercialización digital está enfocada hoy principalmente en empresas; sin embargo, se espera que para mediano plazo estos beneficios empiecen a operar en el segmento residencial.