El Gobierno de Gustavo Petro ha estado en el poder durante nueve meses y ha venido trabajando en la aprobación de sus reformas, pero en las últimas semanas ha sufrido varios reveces y polémicas en el plano político y económico que podrían generar perdida de confianza y gobernabilidad.
De hecho, ha pasado por una serie de situaciones complejas que han debilitado la imagen, no solo del presidente, sino también de los funcionarios que trabajan con él.
Conflictos con la procuradora y Petro
El 30 de mayo, tuvo lugar un intenso enfrentamiento entre la procuradora General de la Nación, Margarita Cabello, y el presidente Petro, a través de Twitter.
Petro acusó a la procuradora de atribuirse funciones ajenas a las que le corresponde, «Usted, procuradora, no es un poder independiente de los órganos administrativos. Usted no es justicia penal. No se atribuya funciones que no tiene», escribió el mandatario en su cuenta de Twitter.
La procuradora respondió a sus acusaciones, “No tengo tiempo para controvertir. La verdad es que a la Procuraduría General de la Nación llegan 3.000 o 4.000 solicitudes diarias de los ciudadanos pidiendo el apoyo de esta entidad (…). Imagínense ustedes si yo tengo tiempo de ocuparme en otras cosas es casi que imposible”, dijo Cabello.
La contienda entre Francisco Barbosa y Petro
Peleas de poder. Eso es lo que han tenido el fiscal Francisco Barbosa y Petro, quienes no tienen buena relación desde hace tiempo e, incluso, ambos han salido a medios a desautorizar las palabras del otro.
Petro, por un lado, afirma que es el máximo jefe de Estado y que Barbosa es otro más de sus subordinados, además que no ha hecho su trabajo.
Igualmente, el jefe de Estado acusa al fiscal general de dilatar los procesos de liberar a jóvenes de la denominada ‘Primera Línea’ y de no haber allanado las casas de los asesinos del Clan del Golfo, aunque tuviera direcciones y nombres propios.
Y hasta de no responder con los informes solicitados, como, por ejemplo, los relacionados con los asesinatos de líderes sociales o el informe contra la impunidad.
“Tengo la autoridad otorgada por la Constitución para solicitar dichos informes, pero aún no los hemos recibido», sostiene Petro.
Frente a ello, el panorama que defiende a Barbosa es la separación de poderes y el equilibrio entre las ramas del poder, pues el presidente no se convierte precisamente en jefe de los otros órganos y ramas del poder público.
Es decir, no es autoridad del Congreso o de las Cortes (Constitucional, Corte Suprema de Justicia).
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La polémica del hijo de Petro
A las difíciles situaciones del presidente Petro se suman las investigaciones contra su hijo y hermano, Nicolás y Juan Fernando Petro, respectivamente.
La acusación es el presunto aprovechamiento de sus apellidos para obtener comisiones de empresarios y presos a cambio de prometerles favores presidenciales.
Cabe destacar que esta investigación se lleva a cabo luego de que el propio presidente solicitara la apertura de una investigación sobre sus familiares.
La crisis de Laura Sarabia y Armando Benedetti
Ahora bien, uno de los escándalos más recientes que llegó a la Casa de Nariño fue el robo que ocurrió en la casa de la exjefe de gabinete, Laura Sarabia, cuya principal sospechosa era su exniñera.
El caso envolvió no solo a Sarabia, sino al exembajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti, quienes abandonaron sus cargos.
Esto, según el fiscal Barbosa, porque se interceptó de manera ilegal el teléfono de la exniñera y otra mujer que ayudaba en el hogar de Sarabia por días.
Finalmente, Sarabia y Benedetti dieron un paso al costado para garantizar que las investigaciones avancen de manera limpia y sin posibles manipulaciones.
A estos sucesos se le suma el remezón ministerial, la pérdida de apoyo por parte del Partido Alianza Verde en la reforma a la salud y falta de consenso en la reforma laboral, que han obstaculizado su discusión.
Además, se conoció una serie de audios expuestos por Semana, en los que Armando Benedetti, acusa a Laura Sarabia y abre la posibilidad de dañar la imagen del Gobierno Petro, por lo que se hizo en campaña.
El presidente por su parte reaccionó a lo sucedido “¿Intranquilos? ¡Qué va!”, trinó Petro, acompañando con una foto al lado de su hija Sofía.
Horas después, el presidente Petro entregó una declaración mucho más extensa sobre el escándalo de los audios de Armando Bendetti afirmando que no va a aceptar chantajes, ni ve la política como un espacio de favores personales.
“Nadie del gabinete del gobierno ni directores ni comandantes de la fuerza pública, ni directores de aparatos de inteligencia han ordenado ni interceptaciones de teléfonos, ni allanamientos ilegales, ni se han aceptado chantajes sobre cargos públicos o contratos, ni se han recibido en la campaña dineros de personas ligadas al narco, ni mucho menos se ha manejado cifras como $15.000 millones por fuera de nuestra contabilidad”, aseveró el mandatario.
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¿Pérdida de confianza del Gobierno Petro por polémicas?
A lo anterior se suma la más reciente encuesta de Invamer, que reveló que la popularidad del presidente Gustavo Petro ha experimentado un descenso significativo, pasando del 50 % en noviembre de 2022 al 33,8 % en mayo de 2023.
Esta caída representa una pérdida considerable de la popularidad que había ganado después de su elección.
Gabriel Cifuentes, exsecretario de Transparencia y analista político, aclara que los últimos acontecimientos dan cuenta de una grave crisis interna a diferencia de las otras donde se estaba por fuera de las entrañas del gobierno.
«El escándalo de Laura Sarabia en particular se produce al interior del gobierno e involucra a personas del círculo, lo más íntimo del presidente, entonces, por un lado ya no está la posibilidad de excusar esta crisis por un intento de saboteo por parte de la justicia, de los partidos, de los medios o de los o de los empresarios, porque esta es una crisis generada de puertas para adentro», dijo.
Asimismo, señaló que los partidos políticos no se sienten cómodos defendiendo al gobierno debido a la serie de escándalos y, en su lugar, se están protegiendo de todas las formas posibles de cara a las elecciones de octubre. Por otro lado, el experto destaca que la oposición está obteniendo más terreno a medida que encuentra argumentos para criticar al gobierno.
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No obstante, Cifuentes reconoce que el presidente ha tomado la decisión acertada al apartar a dos funcionarios implicados en este escándalo. Opina que esta medida contribuye a evitar que el debate escale y continúe perjudicando al gobierno y su confianza. Cifuentes concluye afirmando: «Creo que es lo correcto, de cierta manera evita que el gobierno siga siendo dañado».
Yann Basset, doctor en ciencia política y profesor de la Universidad del Rosario, coincide en que se está creando un ambiente caótico que coincide con el fin primer período del Congreso.
“Estamos sin tiempo para poder aprobar en este primer año las dos otras reformas. Entonces, todo esto repercuta sobre la capacidad del gobierno a llevar a cabo su agenda en el Congreso y a todas luces no va a poder», afirma Basset.
Por otro lado, Mauricio Jaramillo Jassir, máster en ciencia política, explica que son dos cosas diferentes, por un lado, la gobernabilidad y por otro, la popularidad.
“Yo creo que son dos cosas diferentes, que ahora están interconectadas. Una cosa es la popularidad que está en picada, básicamente, por la mala comunicación de Petro con el Twitter, por escándalos en el seno de su propio partido Alex Flórez, (Laura) Sarabia y (Armando) Benedetti”.
Y agrega: “La gobernabilidad va por otro lado, tiene que ver con los apoyos en el Congreso, yo no creo que no sea tan delicada la situación de gobernabilidad, me parece que todavía el gobierno tiene la capacidad para encontrar un consenso y avanzar en salud, pensiones y trabajo».
El experto concluyó diciendo: «No creo que lo tengan todo perdido, quizás la credibilidad sí se ha perdido y con el tema de Sarabia y Benedetti seguramente va a seguir cediendo, y le va a costar mucho recuperar esa credibilidad, a menos de que haya una reacción rápida y se enderezca el rumbo».