Fortalecer la dirección estratégica es una prioridad para las organizaciones. Está comprobado que las empresas con directivos que cuentan con un nivel de liderazgo desarrollado tienen mejores resultados e incidencia en indicadores clave como la productividad y una menor rotación de empleados.
Para ser un líder que incida positivamente en las organizaciones es necesario desarrollar habilidades que vayan más allá de la gestión del día a día y que se conviertan en el motor de las relaciones humanas. De ahí, la necesidad que, en las organizaciones, quienes ostentan cargos directivos, cuenten con un nivel de conciencia alto sobre su estilo de liderazgo, empezando por conocerse mejor a sí mismos para liderar a otros.
Jesús Antonio Muñoz, cofundador y coordinador académico del Programa Alta Dirección en Gestión y Liderazgo Estratégico de Executive Education de la Facultad de Administración de la Universidad de los Andes, habla sobre la importancia de potencializar esta capacidad en Colombia.
“Ser líder es ser una buena persona. Todos los seres humanos somos líderes y la manifestación clara de que nuestro liderazgo se está desarrollando es que somos buenos seres humanos; es decir, somos seres que, desde donde nos encontremos, estamos permanentemente en función de construir un mundo mejor”, indica.
Sin embargo, varios estudios de entidades globales, firmas y consultoras expertas en talento humano y dirección reconocen que un adecuado liderazgo y la claridad sobre los roles dentro de un ecosistema empresarial son muy importantes, e incluso, hacen referencia a un tema de competitividad que puede afectar la sostenibilidad de las organizaciones.
El Foro Económico Mundial, en un informe de 2022, reveló que hasta un 86 % de los encuestados reconocen una falta de liderazgo en sus organizaciones por parte de los directivos. Este es uno de los mayores desafíos actuales y es necesario reaccionar para adaptarse a un mercado en continuo movimiento.
De acuerdo con estudios de la compañía experta en recursos humanos Adecco, cerca de un 70 % de latinoamericanos renuncian a sus empleos porque ya no se siente motivados, comprendidos o con un rol claro dentro de la organización.
Por su parte, un informe de la firma PageGroup reconoció que las empresas con elevados índices de productividad y con altos niveles de satisfacción laboral de sus colaboradores entienden la importancia de promover una cultura positiva, arraigada en el lugar de trabajo, atada a temas como un desarrollo continuo del liderazgo.
El liderazgo y la alta dirección: ¿por qué son claves?
En ese sentido, Muñoz explica que el liderazgo estratégico centrado en el ser se convierte en un ejemplo para las demás personas. Pero, además, es defensor de que el liderazgo es una capacidad que se puede desarrollar.
“Te encuentras con personas que tienen un determinado estilo de dirección, pero con un nivel de liderazgo aún no muy fuerte o bien desarrollado. Entonces, en el mundo de la gestión podemos hablar de características, de comportamientos, de estilos. En el mundo del liderazgo hablamos del nivel de desarrollo del liderazgo, lo asimilamos al nivel de desarrollo de la conciencia. Por eso, el punto de partida para el liderazgo es el autoconocimiento”, afirma.
A su juicio, un líder es “un ser que tiene un nivel de desarrollo, formas y una personalidad que se hace evidente en su capacidad de transformar la realidad”. Es decir, más allá de dirigir a un equipo, un liderazgo centrado en el ser trata de ejercer una serie de habilidades como la empatía, la escucha, la influencia, la pasión, la capacidad de adaptación, entre otros, que son indispensables para establecer relaciones más saludables en las organizaciones, otorgando sentido y propósito colectivo.
En ese sentido, Martha Lucía Márquez, directora del CINEP/PPP, asegura que “liderar es distinto a gestionar. El liderazgo supone un trabajo en el ser personal, que se construye en la interacción con otros. Para ser líder se necesita trabajar en uno mismo, en las relaciones con el otro a partir del desarrollo de habilidades como la empatía, la comunicación, y el genuino interés por el otro”.
Un programa para ser líder
Desde hace 25 años, en la Facultad de Administración de la Universidad de los Andes se imparte el Programa Alta Dirección en Gestión y Liderazgo Estratégico – ADLE, programa pionero en la formación de líderes en Colombia.
Durante cerca de nueve meses, los participantes -altos directivos y ejecutivos con posiciones de gerencia media- se forman en temas como: autoconocimiento, liderazgo de sí mismo, cambio de pensamiento, relaciones efectivas, organizaciones saludables, gestión del conflicto e inteligencia colectiva, entre otros. Este aprendizaje busca traducirse en procesos de transformación personal que incida en las organizaciones y en quienes la integran.
Para Carolina Herrera, gerente financiera de American Tubular Services y egresada del programa, esta experiencia de aprendizaje le permitió conocerse mejor, así como incorporar nuevas perspectivas sobre el liderazgo desde el ser. “Primero tenemos que ser seres humanos, conocernos y aprender a escuchar para ser mejores personas y líderes, tanto en las empresas como en el país”.
Asimismo, Jesús Muñoz concluye que “queremos ofrecer a quienes quieran estar con nosotros un espacio propicio para indagar sobre sí mismos, con el objetivo de aumentar el nivel de consciencia y, de esa manera, fortalecer la capacidad de liderarse, liderar con otros, liderar proyectos, liderar en el trabajo, y construir nuevos futuros”.
Para conocer todos los detalles del Programa Alta Dirección en Gestión y Liderazgo Estratégico de la Facultad de Administración de la Universidad de los Andes puede visitar el siguiente enlace.
—