El director de la Fundación para la Educación Superior y el Desarrollo (Fedesarrollo), Luis Fernando Mejía, explicó que una la transición energética -sin otros mecanismos de generación, como la que se hace con carbón y gas- podría costar más de $163,3 billones en valor presente neto.
De acuerdo con el estudio de Fedesarrollo, la energía eólica presenta una baja capacidad efectiva de producción (18 megavatios (MW) vs 1.658 MW de carbón) y de factor de despacho (40 % vs 96 % de carbón).
En un escenario en el que se sustituye la energía producida mediante gas y carbón por tecnología eólica, el costo estimado de mantener el volumen de generación sería de $163,3 billones a 2035; es decir, unos US$38.900 millones.
Uno de los elementos que ha destacado la entidad tiene que ver con los riesgos de hacer una transición energética acelerada en el cual se estima que, por ejemplo, la incorporación de actividades de generación eólica o solar -que no se hagan de manera razonable- con los costos y la complementariedad de otros mecanismos de generación puede levar al país a tener costos muy altos.
“Es un costo sustancial, no para decir que la transición energética no se debe hacer, por supuesto que se debe hacer, pero si no se hace de manera ordenada hay unos costos muy importantes para el aparato productivo que se deberían incorporar en estas decisiones”, explicó Mejía.
Para el experto, la transición energética hay que hacerla, pero en periodos de largo aliento, pensando en décadas y no en periodos de Gobierno para lograr las metas y los compromisos internacionales que ha adquirido el país en el pasado.
“El sector minero energético debe ser visto como una fuente de generación de divisas: el 57 % del total de los dólares que ingresan al país de exportaciones provienen de este sector. Pero además es una fuente de generación de recaudo que es casi el 10 % de los ingresos totales del Gobierno Nacional provienen de este sector”, precisó el director ejecutivo de Fedesarrollo.
Agregó que esos dos elementos asociados también a los costos en regalías, y en los impactos de los departamentos productores, ratifican que el sector minero energético debe ser complementario además de servir como fuente para financiar una transición energética que es necesaria.
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El impacto de la transición energética
El director ejecutivo de Fedesarrollo resaltó varios riesgos de una transición energética que no sea ordenada y no que no acoja los escenarios de rentabilidad, especialmente, de impacto productivo en los sectores relacionados con esta industria.
Uno de los mensajes es que hay un riesgo oferta y tecnológico que estima unas pérdidas en valor presente neto, precisamente, por acelerar la transición energética.
Según el estudio de Fedesarrollo, si se desmontan las empresas de generación de energía térmica en Colombia habría unas pérdidas que equivaldrían a $9,3 billones o unos US$2.340 millones.
Otro de los mensajes de Luis Fernando Mejía es que, en el caso de una transición energética acelerada, podría haber afectaciones clave en las regalías, en la producción y crecimiento económico -especialmente en los departamentos productores-.
Es decir, afectaciones en el crecimiento que pueden superar el 1 % de crecimiento en términos departamentales y en el empleo ya que en algunos departamentos, incluso, se impactaría al 10 % – 13 % del empleo formal.
Recordó que las regalías en los próximos años han crecido en términos de participación porque el país está viviendo años en los cuales el precio del petróleo continúa estando alto -por encima de los US$80 por barril-.
“Esas inversiones en regalías también se pueden utilizar, no solamente para la provisión de bienes públicos y sociales, sino para la investigación, innovación, ciencia y tecnología; es decir, adaptar las tecnologías que permitan, justamente, la mejorar su incorporación al aparato productivo colombiano”, apuntó el director de Fedesarrollo.
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Para Mejía, las regalías van a ser fundamentales, no solo para la solución de los problemas de las regiones, sino también como fuentes complementarias de financiamiento de esa transición energética.
Para desarrollar esos proyectos de transición se requiere gerencia y capacidad de gestión por parte del Gobierno Nacional, del Departamento Nacional de Planeación, Ministerio de Minas y Energía y el de Ciencias.
“Hay unos fondos relacionados, por ejemplo, los OCAD de ciencia, tecnología e innovación. Las inversiones han sido muy pequeñas y fragmentadas, ojalá se pueda complementar un plan de transición energética justamente con inversiones de alto vuelo que permitan financiar este tipo de inversiones a través de proyectos de regalías”, manifestó el vocero de Fedesarrollo.