En medio de una turbulenta semana, el plan del presidente Gustavo Petro para cambiar el metro de Bogotá avanzó de manera lenta, pero segura.
La idea tuvo progresos sustanciales en dos escenarios clave para el Gobierno Nacional.
El primero fue en la reunión que hubo con la alcaldesa Claudia López y su equipo de trabajo del sector, mientras que el segundo se dio en el Congreso.
En particular, los avances del gobierno Petro se dieron en torno al plan de hacer subterráneo parte de la primera línea del metro de Bogotá.
Avances jurídicos sobre el metro de Bogotá
El primer escenario se presentó en la noche del lunes, 24 de abril, cuando el presidente Petro se reunió con la alcaldesa López y sus respectivos funcionarios.
Al cierre de esta, la mandataria local se limitó a decir que seguirán avanzando en las mesas jurídicas y técnicas para analizar un posible cambio del metro de Bogotá.
No obstante, el ministro de Transporte, Guillermo Reyes, entregó más detalles del encuentro.
“Nosotros veníamos trabajando en lo que se había acordado entre el presidente y la alcaldesa en el Pacto de la Orinoquía, que era frente a la línea 1 del metro de Bogotá”, dijo el saliente ministro.
Y agregó: “En ese tema, se había determinado reactivar dos comisiones, una jurídica y otra técnica”.
Así las cosas, las partes avanzan en el estudio de los conceptos jurídicos solicitados por la Nación y el Distrito, que señalan si es viable o no cambiar el trazado del metro de Bogotá.
Sobre este punto, el ministro Reyes indicó que se estaría pensando en solicitar en las próximas semanas un concepto a la Sala de Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado.
Esto con el fin de dirimir el tema jurídico de si se puede, eventualmente, soterrar el metro de Bogotá por la Avenida Caracas.
Alternativas de Petro para cambiar el metro de Bogotá
Ahora bien, la parte técnica fue en la que se avanzó este 24 de abril, según el MinTransporte.
Así las cosas, en el encuentro se plantearon nuevos escenarios para cambiar el metro de Bogotá y se incluyó a la Sociedad Colombiana de Ingenieros para encontrar la mejor alternativa, que, en caso de aceptarla, se daría hacia junio.
“No hubo ni un solo choque, solo planteamientos de la alcaldesa y propuestas de parte del Gobierno y de nuestro presidente Petro otras alternativas”, afirmó.
Consultado sobre esto, el ministro Reyes indicó que, en ningún caso, se cambiaría el inicio de la línea uno del metro, que arrancará en Bosa, suroccidente de Bogotá.
Pero sí habría un cambio y es que se estaría pensando en alternativas, como revivir el proyecto original de cuando Petro era alcalde.
Este pasaba por la Carrera 13 y no por la Avenida Caracas, como está planteado el proyecto que ya tiene un contrato firmado con el consorcio Metro Línea 1.
Los otros planes sería soterrarlo por la Avenida Caracas o hacer un cambio para agregarle un tramo entre las Calles 72 y 100, según Reyes.
Artículo en el Plan de Desarrollo
De forma paralela, el gobierno Petro avanzó en su plan para cambiar el metro de Bogotá, pero esta vez en el marco del Plan Nacional de Desarrollo.
Los ponentes incluyeron el siguiente artículo para el segundo debate del proyecto en las plenarias de Senado y Cámara:
En la práctica, esto permite que la Nación pague más de lo que ya tiene comprometido, que corresponde al 70 % de un megaproyecto.
Ahora bien, este punto del Plan de Desarrollo no menciona expresamente al metro de Bogotá, pero conocedores del sector consideran que está hecho tal cual para ese megaproyecto.
Según el exalcalde Enrique Peñalosa, esto haría que el Gobierno pague el 100 % del costo extra de las obras subterráneas.
Esto implicará “$12 billones y cinco años más de retraso del metro por un capricho presidencial frívolo”, concluyó el exfuncionario.
Por su parte, el exgerente de la Empresa Metro de Bogotá, Andrés Escobar, dijo que, si bien esto abriría la puerta para un eventual cambio, está tranquilo por el resultado.
Esto, teniendo en cuenta que “nunca dará mejor” la evaluación de costo beneficio de ajustar el trazado del megaproyecto.
“Aumentan los costos y no aumentan ni los pasajeros, ni la velocidad de los trenes, que es lo que miden las multilaterales de crédito”, agregó el exdirectivo.
En este punto, la última palabra la tendrán los congresistas y las entidades que ya han financiado la primera línea del metro de Bogotá.
