En los últimos años, las tarjetas de crédito han dado un gran salto para continuar a la vanguardia y superar los desafíos que han puesto sus competidores.
Paymentology, el procesador de tarjetas y pagos explica cómo la tecnología ha cambiado los modelos operativos para darle un nuevo impulso a esta conocida forma de pago líder en el mundo financiero.
Ante la transformación digital del sector financiero, existe una gran variedad de formas de pago que se han abierto paso como grandes competidores de los modelos tradicionales.
Sin embargo, con la expansión y evolución de las tarjetas de crédito, estas siguen liderando el mercado gracias a su capacidad de adaptación y adopción de nuevos servicios y tendencias.
“En el mundo de pagos, los consumidores determinan gran parte de las condiciones del mercado, por lo que las marcas de tarjetas de crédito deben encontrar formas de diferenciarse, ofrecer un valor añadido a sus clientes y adaptarse ante los rápidos avances de los competidores.
La tecnología ha sido una aliada indispensable en estos procesos de cambio, ya que ha permitido ofrecer productos más flexibles y accesibles para todo tipo de personas, sin importar su grado de bancarización”, agrega Alejandro del Río, director regional de Paymentology para Latinoamérica.
Las tarjetas de crédito ahora cuentan con nuevas funciones
- Banca abierta: cada vez más países en Latinoamérica se unen a una regulación y respaldo del open banking (banca abierta), que les permite a las diferentes entidades financieras adquirir, incorporar y suscribir clientes con menos fricciones y costos que en años anteriores.
Esto también ha sido una oportunidad para ajustar las condiciones y características de tarjetas a contextos mucho más personalizados y dirigidas a nuevos nichos de mercado.
- Nuevos ciclos de pago: manejar productos únicos que se ajusten a las finanzas personales de cada usuario ha sido una de las grandes adaptaciones de las tarjetas.
Esto se ha logrado gracias a una mejor gestión de productos y de clientes por medio de herramientas tecnológicas, que permiten ajustar los ciclos de pago incluso a semanas y mejorar los tiempos en los que se aceptan las solicitudes.
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- “Compre ahora y pague después” y créditos para el consumo: este ha sido uno de los elementos que más ha transformado la experiencia frente al uso de las tarjetas.
Los clientes buscan opciones de préstamo flexibles e intuitivas para realizar sus compras. Esta es una oportunidad para que los proveedores aprovechen los cambios digitales y lancen sus propias alternativas de créditos flexibles.
- Adaptabilidad: “uno de los retos más grandes que tiene la banca y la emisión de tarjetas es su tecnología heredada, la cual ha quedado en el pasado y no logra estar al nivel de los competidores.
Los servicios en la nube cambian por completo este panorama, ya que permiten ajustarse, no solo a los sistemas heredados de las instituciones financieras, sino que les da un mayor grado de escalabilidad y sin costos extra” explicó del Río.
- Banca como servicio (BaaS): los costos de crear un producto crediticio pueden ser inalcanzables para pequeños participantes, por lo que este modelo de BaaS le ha abierto la puerta a que nuevos actores, sin importar su vertical o tamaño, creen programas de tarjetas aprovechando la tecnología, el respaldo y los balances de bancos patrocinadores.
- Servicios todo en uno: anteriormente las tarjetas tenían una sola funcionalidad limitada a sus capacidades. Sin embargo, los avances tecnológicos han permitido articular varios servicios en un solo producto, tanto crédito como débito.
Esto implica una mayor capacidad de decisión sobre cómo realizar los pagos y disponer de los recursos.
- Integración: La interoperabilidad de los sistemas actuales y en especial de los alojados en la nube, permite anclar ágilmente las tarjetas de crédito a medios alternativos de pago como wallets que permitan transacciones con criptomonedas y tokens, entre otras billeteras móviles.
Pero no se ha logrado el objetivo al 100 %
“Aún existen muchos retos por superar; los proveedores y emisores de tarjetas deben continuar apostándole a una digitalización que les permita seguir innovando con productos personalizados, ofertas flexibles y experiencias sencillas y sin fricción.
Creemos que tanto los bancos más tradicionales, como las fintech y neobancos de Latinoamérica deben apuntar a una mayor integración del sistema con los comerciantes y un servicio global que atraiga a los consumidores con propuestas que van más allá de una tarjeta, que, aunque siguen liderando el mercado, deben estar en constante evolución”, concluye del Río.