Por mandato Constitucional, el Banco de la República es el encargado de mantener controlada la inflación en Colombia, en un rango meta que va desde el 2 % hasta el 4 %, con punto medio en el 3 %. Las recientes coyunturas han llevado a preguntarse por lo otro que puede liderarse para quitarle peso al incremento de precios.
Las consecuencias de la pandemia del Covid-19 dejaron una inflación en Colombia que sigue estando en máximos no vistos desde marzo del año 1999, un fenómeno que se ha venido repitiendo en otras economías del mundo.
Si bien el emisor ha intentado restarle impulso a la inflación con el aumento en las tasas de interés, algunos expertos, incluido el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, han asegurado que la estrategia no parece tener los réditos necesarios entendiendo que son otros factores, los de oferta, los que explican el fenómeno.
Dado lo anterior, se ha hecho manifiesta la necesidad, dicen los expertos, de que el programa para atacar a la inflación en Colombia se centre también en el uso de otras herramientas de política macroeconómica.
Bajar la inflación en Colombia más allá de las tasas de interés
Henry Amorocho, profesor de Hacienda Pública y Presupuesto de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario, dio a conocer una serie de herramientas que podrían usarse a manos del Gobierno para complementar el trabajo del emisor por mitigar el impacto del IPC y menguar su escalda.
Advierte en un primer momento el análisis que el país ha visto 12 meses continuos de aumentos en las tasas de interés, pero no se ha visto un efecto contrario en los datos de inflación de Colombia.
Haciendo la salvedad, además mencionada reiteradamente por el gerente del Banco de la República, Leonardo Villar, de que las decisiones del emisor no suelen tener efectos inmediatos.
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“Hay vientos de reducción del consumo per cápita. Si seguimos con esta descontrolada senda inflacionista sin que se den medidas que verdaderamente adopten un papel activo de libertad vigilada de precios por parte de los distintos órganos de inspección, vigilancia y control, no lograremos la meta de tener el pico más alto de crecimiento de la inflación a finales de mayo de 2023”, complementó Amorocho.
Entes de control a ponerle ojo a la inflación en Colombia
De acuerdo con el experto, se necesitaría de una mayor participación de entidades como de las superintendencias Financiera, de Industria y Comercio y de Servicios Públicos, así como la Contraloría General de la República.
Lo anterior teniendo en cuenta que la inflación en Colombia está en un contexto en el que los precios en muchos sectores “parecen no ser asignados por las fuerzas del mercado ni por una objetiva contabilidad de costos, sino por lo que a cada sector se le ocurre”.
Y si bien se saluda el hecho de que los gremios empresariales y del agro colombiano concuerden en la necesidad de tener mejores precios para la economía de los colombianos, la iniciativa, por sí sola, no basta.
Pesarle el pie al crecimiento económico para bajarle temperatura a la inflación
“El llamado al Gobierno y al emisor es reducir la inflación con gerencia pública integral y a desactivar la desaceleración de la economía con una efectiva gestión y ejecución de la inversión pública”, recuerda el académico.
En ese sentido, una correcta gestión del gasto público en el país, advierte el análisis, podría llevar a que el IPC vea menores presiones y pueda ser un peso menor para los bolsillo de los hogares colombianos.
Pero para poder lograr el objetivo, la necesidad está en encontrar puntos en común y de acuerdo con gremios, bancadas políticas y expertos, sobre todo cuando hay una amplia gama de reformas sustanciales en el marco del Congreso de la República.
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“Esta forma de presentar los proyectos e impulsar las negociaciones ha terminado por fomentar la incertidumbre, el nerviosismo financiero y la especulación en el mercado”, finalizó Amorocho.
