El Fondo Monetario Internacional (FMI) recomendó este lunes que, para una mayor efectividad en la lucha contra la inflación, las alzas de las tasas de interés deben ir acompañadas de revisión a la política fiscal del país.
El FMI recordó que, si bien la inflación puede imponer costos serios para las personas y la economía en general, las formas en las que afectan a los ciudadanos son “más complejas” de lo que parecen a primera vista.
“Para responder de manera efectiva al aumento más agudo de la inflación (…), los responsables de la formulación de políticas deben tener una mejor comprensión de cómo la inflación afecta a varios segmentos de la sociedad en diferentes lugares”, explicó la organización.
Así impactó la inflación en las familias, según el FMI
Según el estudio del organismo, el aumento más rápido de los precios en los alimentos, en comparación con otros segmentos de la economía, “perjudica a las familias pobres de manera desproporcionada porque los alimentos representan una mayor proporción de su consumo total”.
El informe precisó que este efecto se presentó con mayor énfasis en los países de bajos ingresos.
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También resaltó que, la inflación erosionó los ingresos reales en los países importadores de materias primas, ya que los salarios en todos los diferentes grupos no se mantuvieron al ritmo de la evolución de los precios.
Frenar la inflación y proteger a los vulnerables, recomendación del FMI
En el texto del Fondo Monetario Internacional se sostiene que la política fiscal puede ayudar a frenar la inflación porque también afecta a la demanda agregada.
De acuerdo con un modelo de estudio de la organización, si los bancos centrales actúan solos, sin el apoyo de la política fiscal, “necesitan aumentar sustancialmente las tasas de interés para combatir la inflación”.
En caso de que se produzcan ajustes fiscales, las tasas de interés pueden “aumentar menos” para controlar la inflación.
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No obstante, para salvaguardar a los más vulnerables, “que se benefician más de los servicios públicos, los aumentos de impuestos o los recortes en gastos de menor prioridad deben combinarse con transferencias más grandes”.
“Esta estrategia da como resultado, por diseño, que no disminuya el consumo de los pobres, sino también una menor disminución del consumo general”, explicó el FMI en el informe.
