El salón de Plaza Mayor donde este viernes se desarrolla la Asamblea Extraordinaria de Accionistas de Grupo Sura quedó totalmente en silencio durante unos 12 minutos por el mensaje de Carlos Raúl Yepes a Gilinski.
La razón es que el pleno se lo tomó el expresidente de Bancolombia, Carlos Raúl Yepes, tras pedir la palabra ante la Junta Directiva.
El directivo comenzó diciendo que no tenía acciones en Grupo Sura, pero que optó por adquirir una para estar en la Asamblea, cuyo valor fue de $38.600 más IVA.
“Vale tanto mi acción como la de Gilinski y su grupo. Quiero que sepan que no soy mandadero. Estaba en mi casa y veía lo que pasaba y lo veía con muchísima tristeza. Me sentía mal”, dijo Yepes.
Y anotó: “Como nadie me obligaba a estar callado, nadie me obligaba a asistir acá, y quiero expresar mi tristeza por esta pesadilla. Sé lo que están sintiendo y el sufrimiento que implica estar al frente de estas empresas doblegados y desprestigiados”.
A renglón seguido, afirmó que el denominado Grupo Empresarial Antioqueño (GEA) no existe como una holding o conglomerado.
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En su lugar, afirmo que se trata de “convicciones que, en el pasado, empezaron a hacer empresas que hoy son orgullo del país, que hoy están a nivel internacional”.
El expresidente de Bancolombia también recordó la dura batalla que vivió la compañía con el Grupo Gilinski a finales del siglo pasado.
Así las cosas, su intervención continuó con un relato de la historia vivida entre las partes, cuando se disputaron la pelea por el principal banco del país, que tomaría más de 15 años.
Carlos Raúl Yepes y su mensaje a Gilinski
Durante su intervención, el presidente de Grupo Sura, Gonzalo Pérez, le pidió a Yepes que acortara su intervención, para lo cual le dio cinco minutos más.
De allí que el empresario comenzó su mensaje directo hacia Jaime Gilinski, cabeza de ese grupo empresarial.
“Esta guerra hay que pararla. Basta ya de esta pesadilla. Así no se pueden hacer negocios. Una cosa es hacer negocios y otra cosa, hacer empresa”, dijo.
Y agregó: “Una cosa es ser negociante y otra ser empresario. Nuestras empresas han sido construidas con el sudor de los trabajadores, con todos esos proveedores, con ese valor compartido”.
El expresidente de Bancolombia mantuvo su mirada fija hacia el Grupo Gilinski, que se apostó en el lado derecho del salón de Plaza Mayor.
“Esta guerra hay que pararla. Todas las guerras son malas, dañinas y costosas”, dijo.
Y concluyó diciendo: “Si superamos el conflicto por Bancolombia después de 12 años, que terminó en una transacción donde no hubo ni ganadores ni perdedores, les pido que paremos esta guerra. Dense la oportunidad de sentarse a entender qué está pasando”.