En el marco del especial #30AñosDelApagón en Colombia, Valora Analitik habló con Alejandro Castañeda, presidente de la Asociación Nacional de Generadoras (Andeg), quien explicó cuál es la importancia la generación de energía con centrales térmicas para que el Sistema Interconectado Nacional (SIN) sea más sólido: lo que llaman confiabilidad.
Las térmicas, el as bajo la manga
Cuando un país como Colombia tiene un sistema de generación de energía que es hidráulico; es decir, que se genera electricidad por medio de centrales hidroeléctricas -como Hidroituango, por mencionar un ejemplo-, depende, en gran medida, de la disponibilidad de agua almacenada.
Pero el proceso de generación puede presentar tropiezos si el país enfrenta condiciones desfavorables -ejemplo climáticas- que hagan que esas reservas de agua disminuyan: es ahí cuando llegan las centrales térmicas como las ‘salvadoras’ de la historia: que son, en pocas palabras, generadoras de energía con carbón o gas.
«La importancia de las térmicas está en entregar esa complementariedad cuando viene un verano o cuando viene un Fenómeno de El Niño. Entonces, ¿qué pasa? Se utiliza el agua en esos momentos en los que hay abundancia -cuando está lloviendo demasiado y hay muy buen nivel en los embalses-; es decir, se usa el agua la mayoría del tiempo. Pero cuando en verano o un Fenómeno de El Niño eso se invierte«, manifestó el líder gremial.
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Recordó que, en la historia reciente, el momento más extremo de altas temperaturas en el territorio colombiano fue en El Niño de 2016. En este caso, la generación de energía con térmicas llegó a aportar el 55 % de lo que se consumió en marzo de ese año.
«La gráfica es muy sencilla: el hidro genera todo el tiempo, pero cuando se seca y deja de generar, ahí entran las térmicas generales. Es un cruce completo, una complementariedad entre las dos tecnologías: cuando no se tiene agua se genera con la térmica; pero, cuando hay agua se genera con la hidráulica», apuntó el presidente de Andeg.
Dato curioso:
De acuerdo con Castañeda de Andeg, en un año normal (cuando hay buena hidrología) la generación hídrica puede estar aportándole al sistema colombiano el 85 % del total de lo que se consume en el país en un año y el 15 % restante lo dan las térmicas.
«En un año normal esa es, más o menos, la relación. En un año seco, como los periodos secos son cortos, las térmicas pueden aportar en promedio un 25 % – 30 % y el resto se produce con agua«, apuntó Castañeda.
Las térmicas como super heroínas
En más de una ocasión las centrales térmicas le han salvado la vida a los colombianos y no han permitido que, pese a veranos fuertes, el Sistema Interconectado Nacional falle y lleve a Colombia a un apagón.
Según el líder de Andeg, la más reciente fue en el primer y segundo trimestre de 2020, en pleno inicio de la pandemia en Colombia.
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«Ahí tuvimos, que nadie se dio cuenta porque no fue un Fenómeno de El Niño, sino fue un verano muy intenso, que hizo que el nivel de los embalses disminuyeran a un 28 % aproximadamente -que eso es muy bajito-. En ese momento, las térmicas estuvieron generando, más o menos, un 35 % o 40 % del tiempo en abril y mayo de 2020. Ya en junio comenzó a llover: el problema fue que se demoraron las lluvias de abril en llegar, lo que llevó a los embalses a su nivel más bajo de los últimos 25 años», relató Castañeda a Valora Analitik.
La segunda ocasión hacia atrás, fue el Fenómeno de El Niño de 2015 – 2016, cuando las térmicas llegaron a aportar -en el momento más crítico- en marzo de 2020 el 55 % del total de la demanda del país en ese momento.
La tercera ocasión fue el Fenómeno de El Niño de 2009 – 2010.
«Las térmicas también juegan un rol en el día a día: hay regiones en el país -como la región Caribe- donde no hay generación hidráulica. Entonces, por más que se quiera llevar la energía del interior del país a la costa, no se puede llevar todo lo que se consume en la región Caribe. Así que se necesita tener plantas en sitio», agregó el dirigente gremial.
Es por eso que en Colombia, la generación hidráulica nunca llega a abastecer el 100 % de lo que se consume en el país, siempre queda un 15 % – 13 % para descubierto por esta fuente, porque permanentemente se necesita esa generación en la región Caribe.
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«Si viene el tema de renovables, como se está esperando que llegue, particularmente en la región Caribe se va a necesitar ese soporte -el de las térmicas- para poder lograr confiabilidad por medio de esa complementariedad. Eso es lo que se llama la generación por restricciones que, aunque debería llevarse y todo el mundo debería ser atendido por agua, no alcanzan las redes para llevar toda la energía hasta la costa. Entonces, hay que prender las plantas térmicas», indicó Castañeda.
Las térmicas y la transición energética
Como se ha explicado anteriormente, las plantas térmicas funcionan con combustibles fósiles como el carbón, gas y algunas con diésel, por lo que han sido foco de críticas al ser ‘altamente contaminantes’ por sus emisiones de gases de efecto invernadero.
Así las cosas, se ha pedido hacer un rápido reemplazo de estas centrales de generación de energía por fuentes más amigables con el medio ambiente, conocidas como fuentes de energía renovable no convencionales como la eólica o la solar.
Sin embargo, con el reemplazo de las térmicas -además de perderse todos los beneficios de la confiabilidad para el SIN- le podría acarrear altas inversiones y gastos al Estado.
Un estudio de Fedesarrollo reveló que el reemplazo de todas las centrales de generación de energía térmica en el país costaría $163,6 billones en Capex (capital) aproximadamente. De ese monto, $56,8 billones serían para el cambio gradual del carbón a 2030 y $106,6 billones en el caso de gas a 2035.
Para evitar su reemplazo y mostrar la relevancia de las térmicas para el sector energético nacional, desde Andeg se han expuesto varios compromisos en línea con la agenda 2030 y 2050 (fecha en la cual Colombia espera ser carbono neutro).
«Nosotros venimos, desde hace cinco años, en la Asociación produciendo un documento que es el informe sostenibilidad, allí se recogen todas esas prácticas que tienen las empresas», señaló Alejandro Castañeda.
De acuerdo con el vocero de Andeg, hay varias estrategias:
- La primera, considerada la más importante, la eficiencia energética: que consiste en poder producir más energía, pero consumiendo menos recursos. Por ejemplo, Termocandelaria produce 300 megas y va a producir 550 megas usando la misma cantidad de combustible.
Hay que decir que las inversiones que se han hecho, por lo menos en eficiencia energética de las plantas en los últimos dos años, ascienden casi a $2,3 billones.
Recomendado: #30AñosDelApagón | ¿Qué es y para qué sirve el Sistema Interconectado Nacional? - La segunda, la compensación de emisiones: hay térmicas que pertenecen a Andeg que tienen programas de reforestación, de compra de bonos de carbono para acercarse, cada vez más, a ser neutras.
- La tercera, la diversificación de los portafolios: plantas como Termotasajero o Termocali ya son híbridas; es decir, que son capaces de producir con carbón, pero también con energía solar -como el caso de Termotasajero-.
«Yo creo que son como los tres principales elementos. Uno puede decir que las térmicas sí están trabajando en esos objetivos para 2050 de devolverse carbono neutro y de disminuir sus emisiones para 2030 en un 50 %«, concluyó Alejandro Castañeda de Andeg..