En la tarde del 19 de marzo, el presidente Gustavo Petro ordenó suspender el cese al fuego bilateral con el Clan del Golfo, acordado en diciembre del 2022.
«He ordenado a la Fuerza Pública reactivar todas las operaciones militares contra el Clan del Golfo. Se suspende el cese bilateral con este grupo al margen de la ley. No permitiremos que sigan sembrando zozobra y terror en las comunidades», escribió Gustavo Petro.
Es importante tener en cuenta que el acuerdo de cese al fuego con el Clan del Golfo se alcanzó el 31 de diciembre de 2022 y que dicho acuerdo también abarcó a la segunda Marquetalia y el Estado Mayor Central y disidencias de las FARC.
El cese al fuego se había programado por un período de seis meses, específicamente hasta el 1 de junio de 2023.
No obstante, el Gobierno había acusado previamente a esta organización delictiva de promover el paro minero que comenzó el 2 de marzo y ha afectado a múltiples zonas del departamento de Antioquia, provocando problemas de suministro.
Una de las razones que alentó al presidente Gustavo Petro para la toma de esa decisión fue el ataque con fusil que sufrió uniformados de la policía por parte del Clan del Golfo.
«El ataque con fusil a la fuerza disponible de la policía por parte del clan del golfo rompe el cese al fuego. A partir de este momento no hay cese al fuego con el Clan del Golfo. La fuerza pública debe actuar de inmediato contra las estructuras de la organización mafiosa», agregó el jefe de Estado.
Días atrás, el presidente Gustavo Petro informó en una entrevista concedida al informativo de la Presidencia de la República ‘Colombia Hoy Radio’, que el Gobierno Nacional se encontraba evaluando los progresos del cese al fuego bilateral acordado con algunas organizaciones armadas al margen de la ley, como el Clan del Golfo.
Además, informó que respecto a los inconvenientes que se presentaron por el paro minero las conversaciones con la organización armada se había debilitado.
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“Con el Clan del Golfo hemos tenido una involución en las conversaciones. Quienes asesoran las conversaciones, son organizaciones de origen narcotraficante, son hijos de los paramilitares del Urabá” mencionó Petro.
El Gobierno cree que este grupo armado ha continuado dedicándose al negocio ilegal del oro y al tráfico de cocaína, y que está detrás de un violento paro minero en el Bajo Cauca antioqueño, una región en el noreste de Colombia.
Según el Gobierno, este grupo armado sigue involucrado en actividades ilegales como el tráfico de oro y cocaína, y se cree que está detrás de un paro minero violento en la zona de Bajo Cauca, Antioquia, una región en el noreste de Colombia.
El anuncio hecho por el presidente representa una ruptura sin precedentes con una de las organizaciones criminales más atemorizante del país, que había aceptado el acuerdo de paz.
A pesar del esfuerzo de Petro por negociar y someter a todos los grupos armados del país, la búsqueda de la paz total no ha logrado despegar.
De los cuatro diálogos que se habían iniciado, uno ha sido cancelado de manera abrupta. La advertencia del presidente es clara: «He ordenado a las fuerzas militares reanudar todas las operaciones contra el Clan del Golfo». Petro tiene la intención de lograr la paz, pero no a cualquier costo.