El nonagenario diario El Heraldo de Barranquilla se encuentra en el centro de las miradas empresariales y mediáticas en Colombia, ya que se está cocinando a fuego lento su venta.
Un futuro que no pasa por su recién renovada apariencia física, sino por los nuevos propietarios que estarían interesados en adquirir los activos de este legendario diario, donde pasaron plumas como Ernesto McCausland o Gabriel García Márquez.
Aunque en el tiempo reciente han circulado rumores sobre la posible intención del Grupo Gilinski de adquirirlo, en medio de su expansión por medios regionales, actualmente suena con fuerza una nueva propuesta.
Esta intención precede de la misma región Caribe y es que, como lo fue en su fundación, se busca que el diario pueda continuar en manos locales, dándole esa fuerza de estandarte regional que impulsa la misión y visión de El Heraldo.
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Un grupo de familias de la región estaría detrás de hacerse con los activos de El Heraldo para conservar esta idea explicada. Entre los intereses que se han conocido están familias como Segebre, Minski, Daes o los Dávila Abondano, entre otras.
Para efectos ilustrativos, vale resaltar que familias como Segebre están relacionadas al sector constructor; Minski son los propietarios de la farmacéutica Procaps, Daes los dueños de Tecnoglass y los Dávila Abondano del Grupo Daabon.
En la actual composición accionaria de El Heraldo se encuentran la familia Pumarejo, Fernández, De la Rosa o Cuello, entre otras, de gran ascendencia en el empresariado de la región.
Se ha especulado que el precio de venta de El Heraldo sería de US$6 millones y se materializaría este mes.
Esto incluiría un acuerdo que se mueve también por otros accionistas de medios como El Colombiano de Medellín o El Universal de Cartagena.
Entre las figuras a resaltar de El Heraldo se encuentra Erika Fontalvo, reconocida periodista barranquillera con trayectoria nacional y quien es la actual directora del medio.
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Este grupo fue fundado en 2004 por tres familias: los Galvis Ramírez de Santander, los Lloreda del Valle del Cauca y los Gómez y Hernández de Antioquia, a través de sus empresas mediáticas.
El Grupo Nacional de Medios está detrás de Colprensa, la agencia de medios colombiana, y el periódico popular Q´Hubo, el más leído de Colombia que también circula en Barranquilla y Atlántico, de la mano de El Heraldo.
Otras regiones de influencia son Cundinamarca, Santander, Valle del Cauca, Bolívar, Norte de Santander, Tolima, Caldas, Antioquia, Risaralda, Cauca y Cesar.
Por lo cual, con los recientes movimientos en periódicos como El Colombiano, El País y El Heraldo reflejarían también un impacto en su estructura.
Los orígenes del diario El Heraldo
El diario más importante de la región Caribe tuvo su fundación el 28 de octubre de 1933 en un esfuerzo por agrupar, reforzar y liderar los interes de la región Caribe, así como del Partido Liberal, su partido político fundacional.
“El Heraldo fue concebido como un órgano de expresión del Partido Liberal, que entre sus objetivos tenía defender los intereses de la región y apoyar la candidatura presidencial de Alfonso López Pumarejo”, cita el propio diario en una nota sobre su fundación.
Este artículo periodístico señaló que, de acuerdo con un relato del periodista Juan Goenaga, la creación y consolidación de este diario, cuyo nombre es producto de un concurso popular, se gestó en reuniones realizadas en el Club Barranquilla.
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En estos encuentros participaron personajes importantes de la ciudad como Julio Montes, alcalde de Barranquilla; Ramón Santo Domingo, Enrique A. De la Rosa; Luis Eduardo Manotas, en representación de Alberto Pumarejo; Carlos Manuel Pereira, en representación de Juan B. Fernández Ortega, y Antonio Luis Carbonell Baena, propietario del Diario El Comercio.
Este último diario fue parte crucial de los orígenes de El Heraldo, ya que a este le compraron las primeras rotativas que usó el naciente diario barranquillero.
Estas rotativas fueron instaladas posteriormente en una edificación ubicada en la actual Plaza Bolívar de la ciudad, que sería la primera sede de El Heraldo, que luego se mudaría en otras dos ocasiones hasta la sede actual cerca de la catedral metropolitana María Reina de Barranquilla.