El 84 % de empleados confía en su empresa como la segunda fuente de asesoría después de la familia, razón por la que es importante hablar del bienestar financiero.
De acuerdo con los resultados de la encuesta Pulso Social desarrollada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), el 82% de los hogares colombianos no tiene posibilidad de establecer un plan de ahorro. En esta realidad, es importante que los colaboradores tengan nociones sobre el adecuado uso del dinero.
Más aún, cuando el país atraviesa una coyuntura económica bastante dinámica, afectada principalmente por los índices de inflación, la depreciación del peso, las posibles reformas que el Gobierno está tramitando, entre otros factores.
Y es en este propósito como hoy más que nunca los trabajadores requieren una asesoría que les pueda ofrecer una acertada guía y elementos para establecer un plan financiero alineado con sus necesidades y momentos de vida.
Y es que según el estudio de Bienestar Financiero realizado por Mercer, el 84% de los empleados confían en sus compañías como la segunda fuente de asesoría después de su familia, por lo que es importante que las organizaciones contemplen acciones e iniciativas con las que puedan garantizar una mayor estabilidad y salud financiera en sus colaboradores.
Para empezar, es importante definir el bienestar financiero, el cual se refiere a una situación en la que un individuo o una familia tienen el control adecuado sobre sus finanzas y disponen de los medios necesarios para satisfacer sus necesidades actuales y futuras. Esto incluye tener un ingreso estable, ahorrar para situaciones imprevistas, invertir en su futuro que incluye la vejez y pagar deudas de manera responsable.
“Alcanzar y mantener el bienestar financiero requiere planificación y disciplina. Esto proporciona una sensación de seguridad y libertad financiera. Pero esto, no solo es responsabilidad de las personas, sino de las organizaciones que deben fomentar el buen uso de las finanzas personales de sus empleados, que al final tienen un impacto directo en los resultados de una compañía” afirma Suzelle Morris Líder de Bienestar Financiero para Mercer en Andina, Centro América y el Caribe.
¿Por qué hablar de bienestar financiero en las organizaciones?
En primer lugar, un empleado preocupado financieramente es muy probable que trabaje por dinero, por salir de los problemas financieros más próximos y sin aportar innovación e eficiencia al trabajo. Incluso se puede medir la correlación de bajos niveles financieros con alto el riesgo de fraude.
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En cambio, un empleado financieramente estable es más propenso a ser productivo y concentrado en el trabajo, porque además se libera de la tensión y el estrés que producen los problemas financieros personales. Por otro lado, una política sólida de gestión financiera puede ayudar a mejorar la retención de empleados, ya que los trabajadores aprecian cuando una empresa que se preocupe por su bienestar financiero.
Además de esto, las organizaciones que ofrecen programas y herramientas para mejorar la educación financiera y el ahorro de sus empleados pueden mejorar esta cultura y aumentar la lealtad y compromiso de los empleados con la empresa, pues no se trata solo de la compensación neta sino de entregarles salario emocional que impacta la capacidad de compromiso y se convierte en cada vez en un factor valorado por los empleados.
“En resumen, cuidar las finanzas personales de los empleados es una inversión a largo plazo para la empresa, ya que puede mejorar la productividad, retener a los empleados y mejorar la cultura financiera general. Por lo tanto, es una iniciativa que vale la pena considerar para cualquier organización” completa Morris.
Para la experta, es importante que las empresas implementen todo tipo de alternativas para fomentar unos buenos hábitos financieros en los colaboradores. Elementos que se traducirán en otras variables que van más allá de la productividad. Estos son algunos de estos:
Retención de empleados: Si una empresa proporciona asesoría y educación financiera a sus empleados, es más probable que los empleados se sientan valorados y comprometidos con la empresa, lo que reduce directamente la rotación de personal.
Compensación asertiva: Si las empresas solo utilizan benchmarks de compensación para compararse con el mercado, sin tener en cuenta lo que sus empleados sueñan, anhelan o aprecian, pueden caer en el gran error de decidir como la industria se mueve y no como su personal se incentiva. Cuando utilizamos correctamente los recursos de la compañía, incluso en la forma de compensar y otorgar beneficios, los resultados financieros se verán favorecidos tarde o temprano.
Compromiso sostenible: Las empresas tienen una responsabilidad social para ayudar a sus empleados a tener un futuro financiero saludable, lo que contribuye al bienestar general de la sociedad.
Dificultades para prever costos: La inflación puede hacer que sea más difícil para las empresas predecir y planificar sus costos a largo plazo, y mantener controlado el activo más importante de las compañías que es su gente, puede disminuir en gran medida la complejidad de tomar decisiones financieras efectivas en esta coyuntura actual.
Finalmente es importante que las empresas y los empleados se adapten y tomen medidas para mitigar estos efectos negativos, se hagan cargo de sus finanzas y pongan límites para que en un futuro no se vean afectados por un mal manejo de sus finanzas personales.
El empleado actual está en la búsqueda de un equilibrio entre salarios competitivos y beneficios que mejoren su calidad de vida. Esto se ve reflejado en estudios realizados en Latinoamérica en donde se puede observar que los beneficios de salud, tiempo libre, flexibilidad son los preferidos dentro de la industria laboral.