Este miércoles, Moody’s Investors Service aseguró que la perspectiva de los soberanos de América Latina y el Caribe para 2023 es negativa.
Lo anterior, explicó la calificadora de riesgo, obedece a varios factores.
Por un lado, explica, el lento crecimiento económico en la región, los mayores costos financieros y el continuo aumento del costo de vida.
De acuerdo con Moody’s, esto llevará a los emisores de la región a tomar decisiones políticas “difíciles” en los próximos 12 meses.
Jaime Reusche, vicepresidente senior de Crédito de Moody’s, explicó:
«La agenda política de América Latina probablemente seguirá centrándose en brindar asistencia a los hogares en el corto plazo ante la escalada de los precios de los alimentos y la energía, lo que dejará poco espacio fiscal para la inversión pública».
«En este contexto, la eficacia de las políticas sociales será clave al diseñar programas sociales focalizados para evitar el gasto excesivo e invertir recursos en los resultados sociales deseados», añadió.
Moody’s explica que, si bien las economías de América Latina han mostrado signos de recuperación de la actividad después de la pandemia, persisten los desequilibrios entre la oferta y la demanda a nivel global.
Lo anterior, “frena las perspectivas de crecimiento para 2023 y continúa acentuando la inflación, aunque a un ritmo desacelerado”.
Entendiendo este contexto, Moody’s prevé que América Latina y el Caribe crezca un 2,7 % en promedio.
Cifra que está 1,1 puntos porcentuales por debajo de la anotada en 2022 (3,8 %) y por debajo del 7,1 % de 2021.
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Moody´s asegura que la región registrará una desaceleración “más notable en las economías de América Latina que en el Caribe, donde el turismo sigue recuperándose desde una base baja que apoya la actividad a corto plazo”.
Perspectiva de los soberanos
“Los indicadores de deuda de la mayoría de los soberanos de América Latina se mantendrán prácticamente sin cambios en comparación con 2022”, indicó Moody’s.
Luego de la elevada volatilidad de las finanzas públicas entre 2020 y 2022, Moody’s espera que los déficits fiscales “retomen, en gran medida, sus niveles prepandémicos”.
Asimismo, dijo que dependiendo de la medida en la que los gobiernos lograron controlar los “amplios déficits fiscales” entre 2021 y 2022 esto impulsará la diferenciación crediticia y determinará cuánto espacio fiscal tienen los gobiernos para absorber el aumento del gasto social.
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“Es probable que las condiciones financieras desfavorables, reflejadas en los elevados costos financieros, afecten la capacidad de pago de la deuda, especialmente para los soberanos de América Latina con calificaciones más bajas”, concluyó Moody’s.