La Alcaldía de Barranquilla, a través de la empresa Alumbrado Público (APBAQ), concretó la adquisición del 82,16 % de la participación de Triple A, la empresa de acueducto, alcantarillado y aseo de la ciudad.
“El Distrito inició un trámite un acercamiento con la SAE (Sociedad de Activos Especiales) en donde manifestó la intención y adquisición de esa participación accionaria de manera directa, o a través de algunas entidades descentralizadas”, explicó Adalberto Palacios, secretario jurídico del Distrito.
A lo largo de un proceso jurídico, que contó con todos los trámites legales y que se desarrolló en la normativa jurídica vigente en las leyes 1708, 2155, 2159 y el decreto 2136 del 2015, se valoró el activo que tiene una concesión de bienes para la prestación del servicio público con vigencia hasta 2033.
Básicamente el proceso se concretó con una figura de enajenación temprana, por intermedio de la empresa Alumbrado Público (APBAQ), de mayoría pública (65 % del Distrito y 34 % de privados). En otras palabras, allí los privados ponen el dinero a cambio de utilidades futuras y la ciudad de Barranquilla se convierte en la dueña de la empresa.
“Habiéndose revestido de toda legalidad del caso se firmó el contrato de compraventa de las acciones. Ese contrato fue cancelado en un 50 % por APBAQ, pagando el último contado el 21 de diciembre de este año; y hay un 50 % restante que es financiado por la SAE para los próximos cinco o seis años”, destacó Palacios.
Triple A bajo el control de la SAE
Triple A entró bajo el dominio de la SAE en el año 2018, luego de que la Fiscalía determinara que la participación accionaria, que en ese entonces era mayoritariamente de privados, se había utilizado como mecanismo de defraudación.
Con el manejo de parte de la SAE se dan una serie de inconvenientes en la gestión, como señaló Palacios, entre otras cosas, “porque la SAE no tiene realmente la visión de ser un operador de servicios públicos, sino un administrador de activos para liquidarlos”.
“De hecho, la administración de SAE había generado inquietud en el sector financiero y los bancos tenían cierta resistencia a hacerle créditos necesarios para la inversión a la Triple A porque temían que esa participación que estaba en una tendencia judicial pudiera regresar a manos de los anteriores inversionistas que estaban siendo investigados por hechos de corrupción.
Uno de los puntos más relevantes de la adquisición nuevamente del Distrito, dice Palacios, es el de dimensionar realmente a la empresa “como un prestador eficiente de servicios públicos”.
“Se trata no solo de que mejore en términos de calidad de la prestación del servicio de agua y alcantarillado, sino que pueda hacer las inversiones necesarias para el crecimiento para la expansión de la ciudad donde todas las actividades que están en constante crecimiento”, sostuvo.
El origen de Triple A
En el año 1991 se autorizó la constitución de Triple A, una sociedad de economía mixta que tenía una participación mayoritariamente pública (85 % y un 15 % de privados).
El secretario jurídico del Distrito manifestó que hasta el año 2005 se diluyó la participación pública y uno de los accionistas privados internacional quedó con una participación de más de 80 %.
“Con el transcurso de los años y unas investigaciones que se originaron en un caso que se denominó el caso Lezo en España, se determinó que había se había presentado defraudación en el manejo de esas compañías que tenía este grupo extranjero”, dijo el vocero del distrito.
Para el caso de Triple A, “se evidenció que tenían unos contratos que no un correspondían a una ejecución real de las prestaciones y entre esos también estaba el contrato de asistencia técnica un 4,5 % de los ingresos de la compañía”.
De allí, como se mencionó anteriormente, el manejo quedó en manos de la SAE, y actualmente, con el proceso de adquisición que adelantó la Alcaldía de Barranquilla, el Distrito es el poseedor del 82 % de la participación de la empresa.
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