Por: Juan Carlos Garcés, director general de Intel Colombia
Las TecnologÃas de la Información y la Comunicación (TIC) representan un sector económico cuyo impacto es transversal para la participación en la economÃa digital de todas las industrias.
Las tecnologÃas digitales apropiadas aumentan la productividad y son capaces de impactar profundamente no solo en los procesos comerciales, sino también en las tareas rutinarias y los procesos de trabajo a lo largo de toda la cadena de producción. Las TIC representan una gran oportunidad de empleo tanto ahora como en el futuro, especialmente para los jóvenes.
Durante la pandemia provocada por el nuevo coronavirus (COVID-19), el mundo ha experimentado una aceleración sin precedentes en la digitalización y las TIC han sido fundamentales para mantener la continuidad del negocio en prácticamente todas las industrias.
Según la Organización Mundial de la Salud, la tecnologÃa de salud digital ha brindado soluciones exitosas para la detección de la población, el seguimiento de infecciones, la priorización del uso y la asignación de recursos y el diseño de respuestas especÃficas. La pandemia también ha reforzado las tendencias digitales en el comercio, las cadenas de suministro y las finanzas.
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Sin embargo, con el aumento de la demanda de profesionales calificados, algo que ya se veÃa como una gran tendencia en todo el mundo, ha cobrado un aire de urgencia para toda la industria: la escasez de mano de obra calificada en TIC. Y esta escasez ya está afectando el crecimiento económico y los esfuerzos de desarrollo de prácticamente todos los paÃses.
Como lo destacó el Foro Económico Mundial en 2020, COVID-19 ha demostrado la importancia de la preparación digital. Invertir en la infraestructura necesaria y adoptar un enfoque de tecnologÃa inclusivo y centrado en el ser humano será fundamental para la postpandemia y esto debe centrarse en la educación de habilidades tecnológicas para los jóvenes de todo el mundo.
Con las polÃticas adecuadas, en particular aquellas destinadas a invertir en educación y capacitación de calidad y una gobernanza más eficiente de la migración laboral, la economÃa digital puede hacer una contribución significativa para mejorar las capacidades de las personas y promover el crecimiento económico inclusivo a nivel regional, nacional y mundial.
Asà lo destaca la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, en particular en el cuarto, que se enfoca en garantizar una educación de calidad, inclusiva y equitativa y promover oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida para todos; y en el objetivo cinco que se centra en lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y las niñas.
Teniendo en cuenta este panorama, para reducir la escasez de habilidades TIC en el mundo se necesitan algunos cambios importantes, como entender que la tecnologÃa en el aula tiene dos roles: el meramente operativo, tales como tomar notas, asistir a una clase remota, colaborar en vivo. Y el de sujeto de aprendizaje, que incluye aprender a hacer código, 3D printing, rendering, animación, nube, analÃtica de datos, inteligencia artificial, etc. Son estas últimas las demandadas por la vida laboral, entre las que se centra la escasez de talento.
Hemos visto que las entidades educativas en la región y particularmente Colombia, en aras de lograr el mayor despliegue posible, acceden a soluciones que cubren el rol operativo, más no cumplen lo necesario para desarrollar en pleno las capacidades de transformación digital. Por ejemplo, durante la pandemia pudimos observar que los dispositivos tenÃan dificultades al participar en video conferencias con múltiples asistentes.
Con lo anterior, podemos deducir que una de las mejores formas para asegurar la formación para el todo el talento del futuro, y no solo en las mejores escuelas y universidades privadas, es a través de acciones asertivas que involucren alianzas público-privadas para dar a gobiernos y educadores los elementos a considerar al momento de integrar las TIC en la educación.
Todos necesitamos involucrarnos cada vez más para desarrollar tecnologÃas, productos e iniciativas que integren continuamente adelantos en la forma de trabajar y vivir de las personas. De hecho, dentro del Plan Nacional de Desarrollo, ‘Pacto por Colombia, pacto por la equidad’, el sector educativo ha sido los que ha contado con un mayor presupuesto como respuesta a los retos existentes de brindar oportunidades para todos los niveles de formación.
De acuerdo con el Foro Económico Mundial, para 2022 se prevé un cambio global de 75 millones de puestos en declive y 133 millones de puestos emergentes, lo que causa la necesidad de fortalecer las nuevas capacidades habilitadas en tecnologÃa tanto de los jóvenes, quienes serán los lÃderes de la Cuarta Revolución Industrial, como de sus educadores que los apoyarán en su camino de formación.
Los análisis del Observatorio Laboral para la Educación del Ministerio de Educación de Colombia, permiten evidenciar que a medida que aumenta el nivel de formación mejoran los indicadores laborales, tanto en vinculación al mercado formal de la economÃa como en los salarios de enganche.
Si queremos formar talento para el futuro, desde el sector empresarial debemos continuar colaborando con el sistema educativo para impulsar herramientas e iniciativas que respondan a las necesidades de esos talentos y a los retos que nos enfrentamos hoy en dÃa en el mundo digital.