Las mujeres en Colombia decididas a emprender en diversas líneas de negocio son cada vez más. A pesar de la brecha de género y los obstáculos que vienen con el reto de abrirse camino en el mundo competitivo y digitalizado, como el autosabotaje, muchas han logrado financiamiento y expansión.
De acuerdo con la Confederación Colombiana de Cámaras de Comercio (Confecámaras) el 61,3 % de empresas constituidas en 2021 estuvieron lideradas por mujeres.
El Global Enterperneurship Monitor señaló que América Latina fue una de las regiones que tuvo mayor representación femenina en el ecosistema del emprendimiento durante 2021, y Colombia se ubicó como el primer país con la mayor tasa de crecimiento de emprendimientos femeninos con 30,2 %, por delante de Panamá, que registró cifras de 29,1 % y México, con un crecimiento del 26 %.
Esto empodera a mujeres que tienen ideas en el aire, pero necesitan inversión, motivación y apoyo de un socio o pareja, ya sea de una amiga, pareja sentimental o algún familiar.
Por otro lado, las mujeres que ya tienen un emprendimiento y han creado trabajo para otros gracias a este, deben mantener un pensamiento positivo, afrontar problemas del día a día como inflación, encarecida del dólar y otros.
Pero ¿es posible que tengan comportamientos o hábitos de autosabotaje que frenan el camino al éxito?
A pesar de los números alcanzados en ventas, los comentarios positivos de clientes con la experiencia brindada por su marca y lo que logra su sello personal, se debe hacer una autoevaluación para seguir en crecimiento constante.
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El autosabotaje es una razón común por la que los emprendimientos que son creados y liderados por mujeres batallan para crecer. Incluso cuando conscientemente quiere lo mejor para su negocio, el miedo al fracaso puede engañar para que elija el camino que ofrece menor resistencia, ocasionando que algunas se queden estancadas teniendo el potencial de volver su empresa grande y crecer internacionalmente.
Identifique si tiene alguno de estos comportamientos, y practique cómo mejorarlos o evitarlos para alcanzar el éxito:
- De acuerdo con Entrepreneur, la primera redflag es enfocarse mucho en los detalles. Pues este tipo de autosabotaje puede manifestarse de manera furtiva porque a menudo parece justificado.
Aunque preocuparse por perfeccionar los mensajes de su marca o querer hacer «una edición final» al sitio web antes de lanzarlo puede parecer productivo, es realmente una forma de postergar el progreso.
Para mejorar este comportamiento lo mejor es ver cada proyecto con objetividad, y si desea invertir demasiado tiempo en un cambio o mejora, dedíquese a otros asuntos que también sean prioritarios y requieran productividad.
- Esperar a que esté lista. Esta preparación que puede tardar meses para salir al mercado, pero después de sentir que se capacitó lo suficiente en temas de su nicho puede ser contraproducente.
Es fácil sentir que un nuevo curso o certificación le dará las calificaciones necesarias para que la tomen en serio y alcance el éxito. Pero en realidad es difícil combinar el aprendizaje con la práctica, así que lo mejor es no procrastinar y aventurarse.
- El llamado “miedo al éxito” es muy frecuente en emprendedores, pues para lanzar un producto o servicio al mercado lo ideal es reducir lo más que se pueda el margen de error.
Además, a medida que la audiencia incrementa y los ingresos se disparan, es posible que se sienta tentada en ir a lo seguro y conformarse con resultados mediocres.
Pero para dejar esa mentalidad de que no es meritoria de cosas extraordinarias y reconocimientos, puede revisar el concepto de síndrome de impostor, y si se identifica, practique en el día a día reconocimientos por acciones, así sean pequeñas para que valore sus esfuerzos.
Por otro lado, puede escuchar podcasts o audios de YouTube que cultivan el pensamiento de ambición y crecimiento constante, tanto personal como laboral.
- No piensa como CEO. Como propietaria de un negocio, es probable que esté versada en rutas de progresión lineal, objetivos financieros razonables y alcanzables, y tácticas de venta altamente competitivas.
Aunque esto puede parecer una fortaleza, también puede ser un contratiempo, pues estar en el negocio significa pensar fuera de la caja, eliminar los límites de lo que es «realista» y elegir hacer las cosas de manera diferente.
Para cambiar este hábito debe recordar las razones por las que emprendió y comenzar a tomar decisiones ejecutivas para que coincidan.
Puede también acudir a la Cámara de Comercio de Bogotá, pues allí brindan constantes capacitaciones y programas que impulsan emprendimientos femeninos.