En la celebración de su 150 aniversario de operación en el mundo, Kimberly-Clark planea una inversión de US$80 millones en Latinoamérica en los próximos diez años para fortalecer su centro de innovación, desde donde la compañía investiga y desarrolla nuevos productos y prototipos que revolucionarán el cuidado personal en el futuro.
Este centro de innovación regional permite integrar laboratorios con tecnología y equipos de última generación, que posibilitan la realización de análisis, comparaciones y el desarrollo de materiales, productos y procesos de fabricación.
Con esta estructura y un equipo de científicos que son los responsables de todas las innovaciones que Kimberly-Clark tiene en el mercado regional, se identifican allí las necesidades más urgentes de los consumidores y se desarrollan soluciones que permiten mejorar su vida día a día.
En este 2022, la compañía volvió a revolucionar el cuidado y la higiene personal al lanzar el primer protector diario con indicador de pH, desarrollado en América Latina, en este Centro de Innovación.
«Durante los últimos tres años, hemos invertido US$ 300 millones en infraestructura de nuestras plantas y tecnologías para acelerar la innovación, desarrollando productos que brinden un mejor cuidado a los consumidores al satisfacer sus necesidades más urgentes. Por eso hoy, estamos confirmando que para los próximos diez años invertiremos 80 millones de dólares para que -a través de nuestro centro de innovación situado en Brasil- potenciemos las capacidades, el talento y los procesos para acelerar la innovación de nuestros productos en la región y exportarlos al mundo», comenta Gonzalo Uribe, presidente de Kimberly-Clark para Latinoamérica.
En Latinoamérica, lleva más de 60 años desarrollando productos esenciales para la higiene y la dignidad humana, a través de 13 marcas icónicas y líderes en su categoría en todos los mercados.
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Actualmente, está presente en 17 países de la región, con 14 fábricas activas, 14 centros de distribución, 15 oficinas y más de 10.000 empleados.
Una historia que comienza a escribirse en 1960, con el inicio de operaciones en Panamá, apenas cinco años después del inicio de operaciones en México y Reino Unido.
Poco después, en 1964, Kimberly-Clark inicia operaciones en Puerto Rico, El Salvador, Costa Rica, Honduras y Guatemala, a través de la marca Scott, siendo Colombia el último país latinoamericano en iniciar operaciones en la década de los 60, en 1968.
Durante la década de 1990, específicamente entre 1992 y 1998, fue el turno de iniciar operaciones en países como Argentina, Chile, Ecuador, Perú, Brasil y Bolivia.