Por: Germán Verdugo, Director de Asesoría de Inversiones de Credicorp Capital
A propósito del fuerte repunte que ha exhibido la cotización del dólar en pesos colombianos llegando a un récord histórico cercano a $5.000 pesos por dólar, como siempre sucede con la volatilidad e incertidumbre que experimenta esta tasa de cambio, surgen más preguntas que respuestas, pues nadie es capaz de pronosticar el nivel de la tasa de cambio. De hecho, Alan Greenspan siendo cabeza de la Reserva Federal de Estados Unidos, hacia marzo de 2004 lo describía de la siguiente manera: “Mi experiencia es que los mercados cambiarios se han vuelto tan eficientes que virtualmente toda la información relevante está integrada casi instantáneamente en los tipos de cambio, hasta el punto en que rara vez es posible anticipar los movimientos en las principales monedas”.
Bajo esta condición y más allá de tratar de entender cuáles son los factores o fuerzas que están impulsando esta fuerte devaluación del peso colombiano frente al dólar, lo cierto es que las finanzas personales tienen impactos que no necesariamente van en la misma dirección, pero que pueden ser significativos. Por una parte, está el efecto de la devaluación sobre las inversiones; si un inversionista tiene como práctica mantener una diversificación de activos con una proporción en monedas fuertes como el dólar, sin importar el nivel de compra, este inversionista contará continuamente con la posibilidad de que, en eventos críticos no previstos, esa porción de su portafolio estará protegida. Por el contrario, si un inversionista solamente se acuerda de diversificar la moneda solamente en los momentos de rápida devaluación puede terminar persiguiendo el mercado y comprando en niveles altos. Por eso lo más importante siempre será tener claro el objetivo y el horizonte de sus inversiones, ello evita comprar con la angustia y angustiarse con la volatilidad.
Por otra parte, las decisiones sobre pasivos o deudas en moneda extranjera, particularmente en dólares, también afectan las finanzas personales. Si la fuente de pago o los ingresos que respaldan los pagos por intereses o capital de deudas adquiridas en dólares no están en la misma moneda, hay un desbalance que puede ser muy costoso en eventos de fuertes devaluaciones del peso frente al dólar. Por lo mismo, es fundamental tener claro y haber planeado antes de tomar esa deuda cuál sería esa fuente de pagos y si existía o no riesgo cambiario. Actuar de esta forma evita sorpresas negativas y dolores de cabeza, con lo cual será posible tomar nuevas decisiones sin la angustia de lo que suceda con la tasa de cambio.
Por último, cabe mencionar que además de las inversiones o pasivos en moneda extranjera, un inversionista local ubicado en Colombia también puede tener ingresos en dólares provenientes de alguna fuente distinta a un activo financiero, pero también gastos recurrentes en dólares, por ejemplo, para la manutención de un familiar que vive en el exterior. Aquí nuevamente cobra mucha relevancia una adecuada planeación que implica estructurar ingresos financieros y no financieros con los gastos para que una devaluación súbita no vaya en detrimento de la fortaleza patrimonial.
En resumen, antes de tratar de adivinar el nivel de la tasa de cambio, lo mejor para las finanzas personales ante la incertidumbre asociada al comportamiento del dólar y otras monedas, es la planeación con objetivos claros, específicos y con una temporalidad definida. Así no solamente se evitan momentos de angustia, sino que incluso pueden aprovecharse oportunidades, recordando que las inversiones en otras latitudes contribuyen a diversificar el riesgo país y a encontrar alternativas inexistentes en el mercado local.