Este martes S&P Global Ratings confirmó calificaciones de Perú, mientras que Moody’s realizó cambios en las calificaciones de Panamá.
La calificadora de riesgo S&P Global Ratings confirmó sus calificaciones soberanas de largo plazo en moneda extranjera de ‘BBB’ y en moneda local de ‘BBB+’ de Perú, y mantuvo la perspectiva de ambas calificaciones estable. Entre tanto, Moody’s cambió la perspectiva de Panamá a negativa desde estable.
Perú
Además de afirmar las calificaciones en mención para Perú, S&P también confirmó sus calificaciones de corto plazo en moneda local y extranjera de ‘A-2’ de soberano.
La evaluación de riesgo de transferencia y convertibilidad (T&C) de Perú la mantuvo en ‘A-‘.
“La perspectiva estable incorpora nuestra expectativa de continuidad en la administración fiscal moderada durante el periodo 2022-2025 que mantendrá la deuda neta del gobierno general por debajo de 30 % del PIB”, explicó la calificadora.
“También esperamos que la flexibilidad del tipo de cambio y la política monetaria, junto con una sólida posición externa, mantengan la estabilidad en una economía abierta vulnerable a las fluctuaciones de los precios de las materias primas”, añadió.
De acuerdo con lo explicado por S&P, de llegar a darse un escenario negativo en Perú, podría contemplar bajar las calificaciones durante los próximos dos años.
Esto sucedería si observa un deterioro de los resultados fiscales y de los indicadores de deuda “debido a presiones de gasto o un crecimiento económico menor al esperado como resultado de posibles disrupciones en el sistema político o derivadas de acontecimientos externos fuertemente negativos”.
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En cambio, un escenario positivo en Perú haría que la calificadora se incline a subir las calificaciones en los próximos dos años.
Para que esto ocurra, Perú tendría que demostrar una formulación de políticas estable y previsible y gestión económica eficaz, las cuales respaldarían un cambio en la confianza de los inversores y mejorarían “considerablemente las expectativas de crecimiento de Perú, junto con una composición de la deuda soberana menos vulnerable”.
Mantuvo calificaciones
La calificadora de riesgo S&P argumentó que mantuvo las calificaciones soberanas de Perú debido a sus limitados desequilibrios fiscales y externos, “así como en un nivel de deuda del gobierno aún bajo, aunque mayor que antes de la pandemia y con una composición más vulnerable, lo que la deja más expuesta a cambios fuertes en las tasas de interés y el tipo de cambio”.
“Ponderamos estas fortalezas contra el PIB per cápita más bajo en comparación con muchos países en la región y con sus pares con calificación similar”, explicó.
“Además, las calificaciones reflejan nuestra evaluación institucional recientemente debilitada debido a un período prolongado de inestabilidad política y tensiones entre los poderes ejecutivo y legislativo. Esto ha reducido la capacidad de implementar políticas oportunas para sostener el crecimiento en el mediano plazo y, en nuestra opinión, pesa sobre la confianza de los inversores”, indicó S&P.
La calificadora de riesgo prevé que el producto interno bruto (PIB) de Perú crecerá 2,2 % en 2022 y 2,5 % en 2023, “debido a una inversión moderada”.
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“Precios del cobre favorables deberían contribuir al crecimiento en el mediano plazo, pero más allá de eso, el crecimiento dependerá de mantener la confianza de los inversores”, indicó.
“Esperamos que persistan las políticas fiscales y monetarias moderadas, lo que ayudará a mantener la estabilidad económica”, dijo la calificadora.
Panamá
En el caso de Panamá, la calificadora de riesgo Moody’s Investors Service cambió este martes, 25 de octubre, la perspectiva del Gobierno a negativa desde estable.
A la par, Moody’s afirmó las calificaciones de deuda sénior no garantizada y de emisor a largo plazo en Baa2, y las calificaciones de plataforma sénior no garantizada en (P)Baa2.
“El cambio de perspectiva a negativa refleja las crecientes presiones fiscales derivadas de una estructura de gasto cada vez más rígida relacionada con la tendencia alcista de los salarios, las transferencias y los pagos de intereses”, explicó la calificadora.
De acuerdo con Moody’s, ciertas presiones adicionales se relacionan con perspectivas “de deterioro persistente” en la posición financiera del programa de beneficios definidos de la seguridad social, “con proyecciones que indican que sus reservas se agotarán para 2024”.
“Frente a estas condiciones apremiantes, la falta de progreso en la reforma de pensiones y medidas para aumentar los ingresos fiscales denota débil eficacia de las políticas, un elemento relacionado con la gobernanza en el marco analítico ESG de Moody’s”, explicó la calificadora de riesgo.
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Moody’s aclaró que, si bien las perspectivas de crecimiento económico de Panamá siguen siendo “favorables” frente a sus pares, prevé que el crecimiento del PIB en los próximos años “sea menor que antes de la pandemia”.
En lo que atañe a la confirmación de las calificaciones en Baa2, la calificadora explicó que son un reflejo de la solidez económica de Panamá, “que sigue respaldada por las perspectivas de un sólido crecimiento continuo del PIB en 2023-24 en relación con sus pares calificadores”.
Asimismo, atiende a la expectativa de Moody’s de que, pese a las crecientes presiones fiscales, “la carga de la deuda del gobierno se mantendría estable en términos generales en alrededor del 60 % del PIB y en línea con la de sus pares con calificación Baa2”.
Techo país
Moody’s señaló que el techo país de moneda extranjera a largo plazo de Panamá es A1. Además, en el contexto de la dolarización total, Panamá no tiene un techo país en moneda local, indicó.
Es por ello que, el asignar una brecha de cuatro escalones entre el techo en moneda extranjera y las calificaciones del soberano, “Moody’s considera que el gobierno de Panamá tiene una huella relativamente baja en la economía y el sistema financiero”.
“La previsibilidad y confiabilidad de las instituciones y acciones gubernamentales es adecuada y el riesgo político es relativamente bajo”, indicó.
Asimismo, la calificadora destacó que en el contexto de la dolarización, los riesgos derivados de los desequilibrios externos “son bajos”, lo anterior teniendo en cuenta que Panamá no está expuesto a una sola materia prima o sector productivo.
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“Además, dado el largo historial de dolarización, los riesgos de transferencia y convertibilidad son mínimos”, concluyó Moody’s.