El IPC de EE. UU. en septiembre no cumplió totalmente con la tendencia bajista que esperaba el mercado y se ubicó en 8,2 %.
El consenso de analistas esperaba que la inflación fuera del 8,1 %, dos décimas menos que el dato de agosto, lo que confirmaba la ralentización en el crecimiento de los precios, pero que apenas se dio parcialmente.
Una estimación de consenso de Dow Jones mostraba que el IPC subiría un 0,3 % en septiembre, frente al 0,1 % de agosto.
Inmediatamente, los futuros de Dow Jones cayeron más de 350 puntos después de que el informe de inflación decepcionara al mercado.
Sin embargo, en el caso del IPC subyacente (que excluye precios de los alimentos no procesados y de la energía), se esperaba un crecimiento de dos décimas, desde el 6,3 % de agosto hasta el 6,5 % en septiembre.
Renta 4 esperaba “moderación por tercer mes consecutivo en la tasa general ante menor precio de combustibles y cierta mejora en los cuellos de botella, pero la tasa subyacente podría avanzar por segundo mes ante la presión en el componente de servicios (vivienda, transporte), respaldando la idea de tipos más altos de la Fed”, situación que finalmente no se cumplió del todo.
“Lo más relevante será la evolución de la tasa subyacente que sorprendió al alza en agosto y podría añadir 0,2 puntos en septiembre (hasta +6,5 % a/a). Esta evolución estaría en línea con la mostrada por el deflactor del PCE (agosto) con descenso en la general vs el deterioro en el subyacente”, explican en Bankinter.
Ayer mismo, los precios de producción subyacentes se mantuvieron en agosto, añaden estos analistas.
“Lo ‘menos malo’ de cara a la reacción de los mercados de bonos y de acciones sería que se cumplieran las expectativas de los economistas. Por otro lado, los inversores recibirían de forma muy positiva unas lecturas más bajas de lo esperado y, por el contrario, reaccionarán muy negativamente si estas superan lo esperado por el consenso”, concluyen en Link Securities.
—