Destinar dinero para viajes es una de las mejores opciones financieras y mentales, pues las personas no sólo viajan por turismo y recreación, también lo hacen para aumentar su coeficiente intelectual a través de experiencias en lugares nuevos.
Hay quienes frecuentan los lugares que ya conocen por comodidad y no salir de su zona de confort, pero lo recomendable es arriesgarse a ir a nuevos países, ciudades y pueblos para conocer y probar nuevos sabores.
Es estimulante para la mente ver catedrales nuevas, playas con algún diferencial al que acostumbra recurrir, calles con publicidad de todo tipo iluminando 24 horas del día todos los días de la semana como en Nueva York. Por eso, y más, viajar vuelve a las personas más inteligentes.
La Nación publicó los resultados de un estudio realizado por Science Daily en chimpancés en el 2016, en el cual encontraron que los omnívoros que realizaban viajes lejanos recurrentemente adquirían habilidades para ser más ingeniosos que los que no tuvieron esa oportunidad.
«Nuestros resultados muestran que el viaje fomenta el uso de herramientas en los chimpancés salvajes y también puede haber sido una fuerza motriz en la evolución tecnológica temprana de los humanos», escribe el doctor Thibaud Gruber, uno de los autores del estudio.
Como el ADN humano comparte gran proporción del de esta clase de omnívoros, no es descabellado pensar que lo mismo sucede con las personas que se dedican a llenar de sellos su pasaporte y usan las millas para los destinos que les falta conocer.
¿Por qué un viaje lo hará más inteligente?
Viajar expande la mente, pues al llegar y vivir experiencias así sea por una semana en otra cultura hará que usted conozca sobre cómo es la realidad política, económica, social y cultural de ese lugar, para hacer un paralelo entre su ciudad de residencia y el lugar del viaje.
Ayuda a que el cerebro y corazón funcionen mejor, un estudio hecho por Transamerica Center for Retirement Studies y Global Coalition of Aging, halló que las personas jubiladas que viajan tienen tasas 75 % más altas de estimulación mental, y el 82 % tiene una mayor capacidad para hacer las cosas, en comparación con el 57 % de las que no viajan.
Recomendado: Consumidores quieren viajar más por sus beneficios mentales: estudio
Y al visitar nuevos lugares, donde el promedio se camina alrededor de 10.000 pasos en un día reducirá las probabilidades de un ataque al corazón a mediano y largo plazo.
Investigadores de la Universidad Estatal de Nueva York observaron durante nueve años a 12.000 hombres que tenían un alto riesgo de desarrollar enfermedades coronarias, aquellos que no tomaron vacaciones anuales tenían un 32 % más de probabilidades de morir de un ataque cardiaco.
Alivia el estrés desde la planificación, “solo planear un viaje con anticipación crea sentimientos positivos y hace que los turistas se sientan mucho más felices con su vida en general» declararon investigadores de la Universidad de Surrey en Inglaterra.
A su vez mejora la memoria, al escuchar un nuevo idioma y sus modismos aumenta la capacidad de atención y memoria a corto plazo.
La creatividad se ve frustrada por la falta de espacios con naturaleza, aire fresco y tranquilidad. Hoy los neurocientíficos saben que los nuevos lugares y experiencias pueden reorganizar nuestro cerebro y revitalizar nuestras mentes, pues mejoran la flexibilidad cognitiva.