El presupuesto de la Agencia de Desarrollo Rural (ADR), entidad adscrita al Ministerio de Agricultura, pasó de ser de alrededor de $260.000 millones este año, a $699.000 para 2023. El hecho de que se haya triplicado, dijo en entrevista con Valora Analitik Diego Bautista, presidente de la entidad, harán posible la ejecución de una gama de proyectos que buscan apoyar la reforma agraria en Colombia.
¿En qué se van a focalizar los recursos?
Lo primero es poder focalizarlos en cluster territoriales, tener unas puestas productivas más amplias y no múltiples proyectos.
En segundo lugar, le vamos a meter un énfasis a distintos instrumentos de comercialización para reducir el precio de la intermediación; pero también a temas tradicionales como la asistencia técnica, que solo tiene una cobertura de 11 % en población rural.
Vamos a priorizar los temas que tienen que ver infraestructura productiva en los territorios, que no solo se venda el producto sin procesarlo, y que el margen se lo gana el comprador, sino elevar centros de acopio y plantas de frío que logren que el productor lo lleve a esa procesadora y lo venda mejor.
¿Cómo se van a adquirir las tres millones de tierras que requiere la reforma agraria?
Básicamente con compra de tierras, y recuperación de baldíos. También está el tema de la Sociedad de Activos Especiales (SAE), ahí hay una 170.000 hectáreas que se pueden incorporar, pero se requieren 3 millones. En baldíos no tenemos una meta porque el país tiene un problema gigante y es que no se ha hecho inventario de esos terrenos.
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Con respecto al primero, ¿con qué recursos se comprarían?
Hay unos mecanismos para comprar que tienen que ver con bonos de deuda y con otra serie de mecanismos financieros que nos permiten hacer una senda mucho más larga en el tiempo, más de 10 o 15 años, que nos permita no afectar los flujos anuales de inversión porque si hacemos eso en pocos años asfixiamos la inversión en otros sectores como educación e infraestructura.
¿Qué otros puntos trataran de la reforma agraria?
La titulación que se está haciendo en las nuevas tierras. Hay 3 millones de tierra nueva y 7 millones de personas es que están viviendo en esos sitios, pero no tienen una titulación y les cuesta acceder a los activos productivos, al crédito. Entonces vamos a acompañar ese proceso de formalización. Gente que está viviendo hace 20 años pero que no tiene un título y no puede acceder a crédito, hay que apoyar la formalización.
¿Cuál será el trabajo con el Banco Agrario y Finagro?
Vamos a trabajar mucho en la focalización y concentración del crédito en los pequeños y medianos productores. La realidad actual es que los porcentajes en esas entidades no están siendo en el trabajo que deberían estar haciendo de llegarles a los pequeños y medianos. Es una cuestión de focalizar, no excluir a grandes, pero sí que el porcentaje de pequeños y medianos sea mayor que los grandes.
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El Ministerio Agricultura dejó de tener ese liderazgo que tenían otros gobiernos de hace mucho tiempo y hace bastantes años que está perdiendo la integralidad de sus acciones.
Entonces lo que se ha propuesto la ministra es integrar el sector de tal manera que quien tiene el riesgo y asistencia técnica por parte de la Agencia, tenga crédito por parte de Finagro, y no gente que tiene crédito, pero que no tenía asistencia técnica, gente que tiene maquinaria pero no tiene crédito. Entonces hay que integral o territorialmente.
¿Ya habría una propuesta de cómo se manejaría las tasas de esos créditos teniendo en cuenta los ajustes del Banco de la República?
No hay todavía valores ni rangos, pero sí se está trabajando porque sabemos que si esas tasas no son favorables, la actividad productiva no va a comenzar. Se está mirando, la presidenta de Finagro acaba de llegar allá, el del Banco Agrario también y todos estamos conjuntamente en esas dos dimensiones: cómo responderle a la reforma agraria y a la formalización, pero también como apoyar apuestas productivas que integren pequeñas economías campesinas.
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